Oda a la Destiladera
Por: José Manuel Castellano
Islas Canarias
A Ana Luisa Quintero y Francisco Viña
*
En rincón silente y sereno,
entre volcanes y palmerales,
reposan lunas menguantes de piedra,
gota a gota, una tras otra,
cae en piel de porosa arenisca
para besar vasija panzuda.
Bernegal rebosante de agua limpia y fresca,
canto purificador de flor y vida,
Reliquia joya canaria,
envuelta en noble madera,
navega allende los mares,
a continente hermano
destilando horizontes de esperanzas.
Roca de agua,
flor de vida,
envuelta en madera,
tan resistente como mi pueblo.