La chispa del salón “B”
Por: Karla Alexandra Chicaiza Yuqui
Docente U.E. Juan Pablo II, Cuenca (Ecuador)
Como docentes, dentro del aula nos encontramos con toda clase de mundos, con diferentes chispas y talentos, algunos más brillantes que otros, pero cada uno es único, cada estudiante es especial. Un día, al llegar al nuevo salón, una de esas ¨chispas¨ se mostraba arisca, poco colaborativa y siempre a la ofensiva ante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Aquella ¨chispa¨ era muy brillante, pero difícil de comprender el por qué no quería resplandecer aún más; así que inspirada en el método del ¨principito¨, para llegar a su zorro, empecé a acercarme a ese gran talento.
Tiempo después, desde el área de Lengua y Literatura, se lanzaba una interesante convocatoria para un concurso de oratoria poética, en el que todos podían y debían participar, era una oportunidad para sacar a relucir los talentos ocultos. Yo, que ya había logrado acercarme a mi talento de clase, decidí realizar un concurso interno, como preparación previa para el evento general. Animé a cada estudiante a hacerlo, revisamos pautas para la expresión del cuerpo y el rostro, jugamos con los tonos de voz para darle más drama a cada verso, adaptamos el salón de clases y lo convertimos en un mini teatro, colocamos el telón, ajustamos las luces, cerramos las ventanas, acomodamos las sillas y cuidamos cada detalle, para que al pasar adelante vivan la emoción de la declamación.
Cada estudiante tuvo su turno, la soltura y los tonos de voz fueron diversos. El gran grupo del principio se redujo a menos de la mitad, no porque no tengan talento, sino porque su brillo está en otro lugar. Al final solo quedaba mi ¨chispa¨ rebelde, le di las indicaciones y empezamos. Su poema ya lo había escuchado en una clase de lengua. Como docente, la sensación de orgullo me invadió, ¨Maestrita de pueblo¨ de Abraham Rivera, declamado de manera fenomenal. Sentí que recordó la clase de declamación, utilizó las herramientas correctas y a eso le sumó su hermoso talento, la combinación fue perfecta. Ella se encontró y yo encontré en ella su fortaleza, un tesoro para un profesor.