Del galeón al cayuco
Por: Jacqueline Murillo Garnica, PhD
Bogotá (Colombia)

*
En el capítulo de La trata negrera del libro “Los negros esclavos” del historiador Fernando Ortiz, analiza tres aspectos: cómo se obtenían los esclavos, cómo se transportaban a las Indias, y cómo se entregaban a los plantadores. África surtía ampliamente las necesidades de las plantaciones indianas, salvo en el oeste africano, con bastante frecuencia el esclavo en esos países era más rico y poderoso que su pobre amo, a diferencia de toda África occidental así sucedía. La trata fue, precisamente, lo que convirtió en temible a la esclavitud.
En algunos textos de autores del siglo XVI del trato de los negros de Cabo Verde se lee: “… pase según es pública voz y fama, que, en rescatar, sacar y traer los negros de su tierra, hay dos mil engaños, y se hacen mil robos y se cometen mil fuerzas… pues en cualquier parte hay aparejados portugueses o los mismos negros para mercarlos”. Eran capturados, introducidos en los galeones con tretas y reducidos a servidumbre. Las atrocidades que cometían con los africanos en los galeones quedarán en los anaqueles de la historia como uno de los episodios más sórdidos de aquella época del comercio de esclavos. La mayoría de los esclavos moría en la travesía, ya fuese por las condiciones de hacinamiento, enfermedades y en muchos casos de inanición, también escribió el historiador Ortiz, que, los traficantes de esclavos, ante la amenaza de ser capturados, los mataban y tiraban al agua, para no exceder la cantidad que estaba permitida conforme a las disposiciones legales de la época.

*
El pasado 20 de julio, una ONG española alertó de la existencia de una embarcación que llevaba a bordo 130 personas y no 101 como se mencionó en un principio. Sólo encontraron 38 sobrevivientes del cayuco que duró más de un mes a la deriva en el Atlántico, un pesquero español los rescató el 15 de agosto. La noticia decía: “URGENTE. Desaparecido un cayuco senegalés con más de 120 personas a bordo. Salieron hace 14 días y las familias desesperadas piden un refuerzo de medios de búsqueda”. La gabarra fue hallada al norte de la isla de la Sal, en Cabo Verde. En su interior, los marineros encontraron siete cadáveres y 38 personas aun vivas. El resto de los desaparecidos fueron lanzados al mar según iban muriendo, para evitar que sus cuerpos empezaran a descomponer dentro de la nave.
Varios siglos han pasado y la arriesgada travesía es la misma que miles de personas realizan cada año. Las estadísticas de lo que va corrido de este 2023, registran un repunte de las salidas clandestinas desde Senegal, básicamente huyendo de la crisis política y el hambre. Las características de esta ruta migratoria, que es una de las más peligrosa del mundo, hacen que las barcazas puedan perderse fácilmente o quedar a la deriva por fallos en el motor. Sólo por mencionar el caso de este país africano.
Las cifras de este 2023 registran 387 muertos o desaparecidos, según los datos suministrados por la Organización Internacional de las Migraciones, aunque se cree que esta cifra podría ser hasta tres veces mayor. Sostiene un vocero de la ONG que se ha hecho un seguimiento de qué estaban haciendo las autoridades, pero las búsquedas han sido insuficientes, poca colaboración entre ellos, informaciones complicadas de gestionar entre los países que deben coordinarse para defender el derecho a la vida en la zona.
Se dirá que las comparaciones de estas tragedias tienen diferencias importantes, pero aterra que las problemáticas de esta nueva esclavitud por causas que aunque difieren de la época de la trata de esclavos, no parece menguarse, al contrario, las estadísticas develan que el flujo migratorio va creciendo, y con ellas las condiciones extremas a las que se someten los migrantes por huirle a las problemáticas como el hambre, el desempleo, los conflictos armados, las condiciones climáticas, todas ellas también tienen su influjo en la debilidad de la gobernanza, repito, sólo por referir el caso de este país africano, Senegal.