Muerte y Vida
Por: José Manuel Castellano
Islas Canarias
Serpenteas la dorsal desde Arafo hasta Candelaria y El Rosario,
te expandes rápidamente por cada rincón.
Desde los altos de Santa Úrsula, La Victoria hasta La Orotava,
con tus columnas de fuego voraces
amenazas al celestial padre Echeyde.
Siembras humo y horror.
Consumes insaciable cada rayo de luz,
tiñes de gris los velos algodonados de mi Isla.
Cultivas muerte y desesperación.
Pinzones azules, herrerillos y picos picapinos caen abatidos.
Retamas sin floración y colmenas sin miel.
Arrasas el monteverde y la laurisilva,
sin escapatoria para el lagarto gigante de Tenerife,
tampoco para el murciélago rabudo y el musgaño de Cabrera.
Tanto dolor y tristeza no cabe en mi alma,
a pesar de estar tan lejos de ti.
Pero mañana la madre tierra amanecerá
con su manto de hogareña vida.
Rebrotarán esplendorosamente los pinares verdes
y el cielo será más azul que el zafiro.
Mañana la vida resurgirá con más fuerza
en mi jardín de Las Hespérides.
Violeta que brota entre las cenizas.
canario que canta tras la tormenta.
arcoíris tras la bendecida lluvia.