El hombre que rebasó los límites de la ciencia
Por: Inés Rodríguez
Estudiante universitaria (Islas Canarias-España)
¿Hasta qué punto un invento puede ser usado lícitamente? ¿La ciencia es siempre compatible con la ética? Estas parecen ser las dos preguntas que se hizo el director británico Christopher Nolan antes de elegir a un controversial físico teórico como el protagonista de su nueva película: “Oppenheimer”. La cinta, que junto a “Barbie” se ha convertido en una de las más esperadas del año; presenta una temática inusual en el cine, aunque no para Nolan, aficionado a escribir sobre hechos históricos en sus obras: una biografía del científico Robert J. Oppenheimer que se concentra en los trágicos hechos acontecidos el 6 de agosto de 1945 en la ciudad nipona de Hiroshima. En este artículo, destacaré algunas de las características por las que creo que esta película, al igual que “Barbie”; se ha convertido en un trabajo sobresaliente para la industria, y trae consigo un mensaje cargado de simbolismo que invita a reflexionar hasta al más desentendido de la ciencia.
Esta historia ya fue representada en la gran pantalla. Dwight Schultz fue el encargado de encarnar a Oppenheimer en la película de 1989 “Creadores de Sombras”, en la que el físico no era el protagonista. Esta vez, el actor irlandés Cillian Murphy se desempeña como el personaje histórico, asumiendo además el rol protagónico. Nolan ya recurrió a él para otra de sus destacadas obras: “Dunkerque” de 2017.
Traté de informarme antes de visionar esta película, tratándose de un hecho histórico; y aconsejo a todo aquel que vaya a verla que también lo haga. Por ello, comenzaré aportando datos clave para conocer al personaje de Oppenheimer: fue un muy brillante físico de su generación, y el encargado de crear la bomba atómica, un arma fabricada a partir de las propiedades del uranio. Ésta podía arrasar con una gran cantidad de inmuebles y seres vivos en cuestión de segundos. Por este motivo, Oppenheimer pasó a ser una pieza clave para la actividad del gobierno estadounidense en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos quería eliminar a toda costa a Japón, y lo consiguieron, pero al triste precio que ya todos conocemos.
La cinta narra los hechos en flashback, cosa que, como ya he dicho en anteriores ocasiones, es capaz de atraparme. Gracias a este recurso, las 3 horas de película no se hicieron tan largas como imaginaba. Por otra parte, el director emplea los recursos del sonido y la imagen de manera tan armónica que resulta hasta hipnotizante ver cómo se van desarrollando los hechos. Tampoco se me puede olvidar destacar el gran talento de los actores, con los que puedes empatizar rápidamente debido a la sobresaliente expresividad de emociones intensas.
Este último punto me lleva a desentrañar el verdadero mensaje de esta película: el miedo de Oppenheimer. Nolan convierte este sentimiento en el hilo conductor de su historia, facilitando su análisis gracias al trabajo de Murphy. Enamorado de la ciencia, Oppenheimer estuvo altamente involucrado en el proyecto de la bomba, tratando de que fuera lo más perfecta posible, aunque no siendo del todo consciente de lo que podría originar su invento. Es después de ese 6 de agosto cuando el científico se plantea la utilidad de todos sus actos, llegando a sufrir ataques de ansiedad por su arrepentimiento. Parece que a veces la ciencia no tiene empatía por los demás: es despiadada y rebasa los límites de la ética. Por si fuera poco, fue usada en muchas ocasiones para desatar violencia entre los hombres. No obstante, viendo la película, comprobaréis que la bomba, al contrario de lo que muchos piensan, ayudó a progresar en la investigación de la radioactividad y sus efectos negativos.
En definitiva, “Oppenheimer” es una obra original, pues saca a relucir que la ciencia es maravillosa, pese a los constantes errores que comete el ser humano haciendo uso de ella. Pero lo más importante es que refleja las emociones humanas con maestría, tratando a este físico teórico como lo que era: un hombre oprimido por una guerra, lo que elimina prejuicios sobre su figura. Sin más, recomiendo que vean esta película con la convicción de que cualquier científico tiene el derecho a equivocarse; y aún habiéndolo hecho, contribuye de una manera u otra al progreso de la ciencia. ¿O es que lo ocurrido en Hiroshima aún no ha hecho mella en nosotros?
👍Lo de que la película resulta hipnótica es la palabra exacta que yo no encontraba para explicar mi percepción de la película.
Bravo por tu reflexión
Oppenheimer es una masterclass de como hacer cine y de porque muchas películas deberían verse en salas. Todavía sigo impactado por la bomba, ¡muy buen trabajo!