Tocando fondo

Por: Jacqueline Murillo Garnica, PhD
Bogotá (Colombia)

“Amargura señores que a veces me da,
la cura resulta más mala que la enfermedad”
Frankie Ruiz

Colombia es un lienzo que se nutre día a día con las revelaciones de los escándalos. En esta ocasión, el turno es para el hijo del presidente de los colombianos, Nicolás Petro. Si bien hace un par de meses, el mandatario había mencionado “alegre y torpemente” como padre su hijo mayor, al decir que “yo no lo crie”, dejó en evidencia su ligereza ante las implicaciones por las que Nicolás era investigado. Hoy las evidencias hablan por sí solas.

La captura de Nicolás Petro por enriquecimiento ilícito y lavado de activos es de suma gravedad. La segunda imputación por violación de datos personales. Al diputado Petro no le quedará fácil justificar esas lujosas adquisiciones con sueldo de diputado. El presidente ante los caudales de las pruebas, ha dicho que: “Como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la República, aseguro que la Fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder, de acuerdo con la ley. A mi hijo le deseo suerte y fuerza”.

La situación adquiere unos tintes oscuros, de dudosa ortografía porque no se está hablando del político que recurre a todo tipo de artimañas y contubernios para lograr escaños en la política. Hoy el delfín ha sido capturado en pleno ejercicio de sus funciones públicas, como diputado por el departamento del Atlántico. El meollo aquí es que es el hijo del presidente.

Si bien, los padres no son responsables de los actos de sus hijos adultos, aquí se trata de la imputación del delfín Petro, por nexos con dos famosos bandidos: alias el Hombre Marlboro y alias el Turco Hilsaca. Vamos por partes: el hijo preferido del mandatario, me refiero a términos políticos, pues el muchacho hizo carrera en esas arenas bajo el apoyo y la sombra de su padre.

Vale la pena recordar aquí apartes del discurso del presidente de los colombianos, de los que votamos por el cambio: “ni familia ni amigos ni compañeros ni colaboradores, nadie queda excluido del peso de la ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella”.

En este valle de lágrimas han desfilado escándalos en los últimos treinta años, por cuenta de los mandatarios. Frases tristemente célebres como la de un expresidente que en su momento dijo: “si entraron dineros ilícitos a mi campaña es que fue a mis espaldas”. La lista de expresiones ante los escándalos develados es larga. Hoy los expresidentes gozan de la más completa impunidad, y se atreven a declarar con cinismo sobre lecciones de moral.

Presidente Petro, no es posible creer que no sabía de las andanzas de su hijo, cuando fue utilizado para conseguir recursos en su campaña presidencial de 2022. Tocamos fondo, y la cura resultó más mala que la enfermedad.

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