La paradoja de la conexión en la desconexión
Por: Josué Garzón
Estudiante Universitario (Ecuador)

El otro día mi docente nos enseñó una fotografía desconcertante, que mostraba a cuatro chicas sentadas pero cada una absorta en su propio celular. Esta imagen me llevó a plantearme: ¿cómo es posible que un dispositivo tecnológico diseñado para conectar a las personas, esté destruyendo la comunicación entre las nuevas generaciones? En la actualidad, nos encontramos inmersos en una era digital que ha transformado la manera en que nos comunicamos y nos relacionamos entre sí, gracias a los nuevos soportes que poseen funciones capaces de cumplir con el propósito de conexión. Paradójicamente, esta nueva era parece que aísla a aquellos que están físicamente cerca. La comunicación se ve afectada y la interacción entre seres humanos pierde su valor, convirtiéndonos en seres mecánicos, enfocados en interactuar con lo lejano en lugar de lo cercano, lo cual es una realidad presentada de manera cotidiana en nuestros días.
La imagen de las cuatro chicas usando sus celulares ejemplifica claramente una contradicción. A pesar de la búsqueda constante por entablar buenas relaciones sociales y mantener una comunicación cálida, nos alejamos de ellas al estar absortos en nuestros dispositivos. Estas relaciones virtuales crean barreras comunicativas y afectan a nuestro crecimiento individual, ya que carecen de calidez emocional y empatía hacia nuestros sentimientos. Un dispositivo móvil no puede entablar una conversación, proporcionar una retroalimentación a nuestros pensamientos, generar dudas, mantener una conversación fluida, brindarnos una perspectiva del universo o compartir nuestras experiencias de manera auténtica. Aunque el celular puede proporcionar información sobre nuestra ubicación, el clima o datos que pueden o no ser importantes, podemos optar por dejar de lado el teléfono para conectarnos con las personas que tenemos a nuestro lado. ¿Alguna vez te has preguntado cuándo fue la última vez que tuviste una buena charla que no fuera a través del móvil? ¿Has logrado establecer una verdadera conexión con alguien? Si no puedes levantar la mirada hacia tus compañeros, no podrás captar lo que sienten, pero lamentablemente, esta acción se vuelve imposible, ya que ellos se encuentran en la misma situación. Esto nos lleva a cuestionar quién es responsable de este cambio o si simplemente debemos dejarnos llevar por la corriente de la ingenuidad y actuar como todos los demás.
Si bien es cierto que los dispositivos móviles nos brindan acceso a un universo de información y oportunidades que antes eran inimaginables -podemos buscar respuesta a nuestras preguntas y aprender nuevos temas que sean de nuestro interés, descubrir noticias relevantes y acceder a contenido multimedia en cualquier momento y lugar, lo cual nos permite ampliar nuestros horizontes y enriquecer nuestro conocimiento de manera inmediata- es importante mencionar que su mal uso hace que sus usuarios tengan una serie de problemas que van más allá de las relaciones sociales; un ejemplo de estos es el sedentarismo. En este mundo volátil y de fluidez tanto intelectual como emocional, el permanecer estáticos en un solo lugar nos aleja de nuestro futuro deseado. Permitir que el destino o personas cercanas decidan sobre nuestro futuro y el no ser conscientes de este daño, nos convierte en marionetas predeterminadas sin criterio propio. De esta forma, es como si los creadores de la tecnología hubieran planeado desde el principio que nos comportemos de esta manera para poder aprovecharse así de nuestra incapacidad para crear opiniones y manipularnos completamente.
Resta decir que la imagen de las chicas absortas en sus teléfonos celulares nos invita a reflexionar sobre el impacto de la tecnología en nuestras relaciones humanas. Aunque los dispositivos electrónicos tienen la capacidad de conectar a las personas, también pueden generar una desconexión emocional y una falta de interacción cara a cara. Es importante que tomemos conciencia de esta paradoja y busquemos un equilibrio saludable entre el mundo digital y el mundo real. Debemos aprender a apreciar y valorar las relaciones humanas cercanas, cultivar la empatía, la comunicación auténtica y saber cuándo se debe dejar de lado los dispositivos electrónicos. Solo así podremos disfrutar de una verdadera conexión humana y evitar que la tecnología nos separe del mundo real. Es fundamental recordar que los dispositivos son una herramienta que debe estar al servicio de la humanidad y no al contrario, debemos saber aprovechar su valor e impulsar nuestro potencial sin perder de vista nuestro valor como seres humanos.