Valor formativo de los trabajos de fin de estudios

Por: Juan Almagro Lominchar, PhD
Universidad de Almería (España)

Los Trabajos de Fin de Estudios -en adelante TFE-, que engloban los Trabajos de Fin de Grado y los Trabajos de Fin de Máster, suponen un reto significativo durante el proceso de formación del alumnado universitario. Se trata, en ambos casos, de realizar un ejercicio de organización de ideas y recopilación de conocimientos adquiridos a lo largo del proceso de formación universitaria, con el objetivo de diseñar y elaborar un plan de investigación, que en muchos casos es implementado y desarrollado como parte de una investigación posterior vinculada a un programa de Doctorado.

Es, además, un proceso que involucra, no sólo al alumnado, sino, de la misma forma, al profesorado que ha de tutorizar este tipo de trabajos. En mi caso, como docente universitario en la labor de formar a futuras maestras y maestros, los TFEson una oportunidad para que el estudiantado sea consciente del tándem que forman educación e investigación; es decir, para que, desde su propia naturaleza, lo educativo muestre la relevancia que adquiere investigar las situaciones de aprendizaje -procesos, procedimientos, comportamientos, actitudes, resultados…- que surgen en los centros educativos y en las aulas escolares.

Durante dicho proceso de tutorización, siempre parto de la siguiente premisa: las y los estudiantes deben pensar qué les interesa indagar; qué preguntas se hacen al respecto de ese interés y; cuáles son los instrumentos con los que contamos para poder acceder al campo o espacio donde se pretenda llevar a cabo la investigación, no sólo con la intención de buscar respuestas a los interrogantes surgidos, sino, igualmente, para poner en cuestionamiento dichos interrogantes y plantearse otros nuevos, puesto que, cualquier investigación que se lleva a cabo, nos muestra un comienzo, pero rara vez supone un final: la investigación es un proceso permanente en cualquier área de conocimiento y ámbito laboral.

Uno de los grandes retos con los que se encuentra en la actualidad la Universidad reside en sentar unas bases sólidas para diseñar, desarrollar y evaluar trabajos finales de Grado y Postgrado. El espacio universitario ha de transitar, acompasadamente y en paralelo, con los cambios y dinámicas sociales –dentro de las que se incluyen aspectos políticos, económicos, laborales, sociales y culturales- propias de cada época. Las transformaciones y cambios que se vienen dando a nivel global, han propiciado una modificación significativa en el acceso al conocimiento. Este hecho nos conduce, inexorablemente, hacia un proceso de revisión general de los marcos curriculares de la universidad del siglo XXI; o lo que es lo mismo, el espacio universitario necesita evolucionar para adaptarse a los requerimientos de una sociedad en constante transformación, caracterizada  por  una inestabilidad e incertidumbre que se hace muy visible, cada vez en mayor medida, en las y los jóvenes que finalizan sus estudios.  Por tanto, la enseñanza superior ha de formar personas concienciadas y sensibles a los acontecimientos que suceden en su entorno, capacitándolas de instrumentos para responder, ética y creativamente, ante aquellas situaciones novedosas y problemas socialmente relevantes que surjan a lo largo de sus vidas.

A modo de síntesis, con la finalidad de plantear algunas ideas complementarias e introductorias al trabajo que han elaborado las compañeras universitarias a través de este libro-guía, desarrollaré, a continuación, tres ejes que considero esenciales a tener en cuenta durante la realización de los TFE:

  • En primer lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, los TFE, posibilitan que el alumnado exprese todos los conocimientos adquiridos a lo largo de su formación, ya sea durante la realización de Grado o Máster. En este sentido, y en ambos casos, sendos trabajos suponen que las y los estudiantes realicen un diseño de una propuesta de investigación, en el que se apliquen y desarrollen los conocimientos, habilidades y competencias adquiridas a lo largo del proceso de formación inicial y de Postgrado.
  • En segundo lugar, y en relación al diseño del plan de investigación referido en el apartado anterior, al alumnado se le abre una puerta que conecta la investigación con su desarrollo profesional. De esta manera, el diseño de dicho plan, facilita el conocimiento y la aplicación de instrumentos durante el proceso de investigación para indagar la realidad de cualquier espacio socio-laboral, con la finalidad última de su mejora. Así, se establece una importante y necesaria conexión entre el ámbito universitario y la labor profesional que desempeñará el alumnado.
  • En tercer y último lugar, pero no por ello menos importante, es prioritaria una Universidad conectada a lo que sucede fuera del recinto universitario. Los cambios que suceden en la sociedad requieren de una educación superior capaz de dar respuestas a las nuevas necesidades que emergen de un complejo proceso evolutivo social y multicultural.

Los TFE son el producto de una importante labor de investigación, que generalmente se articula en un documento donde se recogen los apartados y pasos llevados a cabo, a saber: justificación y relevancia de la investigación; objetivos; marco conceptual y/o estado de la cuestión; enfoque metodológico; resultados; discusión; conclusiones; y referencias bibliográficas. En este sentido, la guía de ayuda para la elaboración del Trabajo Final de Grado y el Trabajo Final de Máster, que han escrito las profesoras y colegas de profesión de la Universidad de Zaragoza, supone una herramienta fundamental para que el alumnado desarrolle y refleje, en dicho documento, los conocimientos adquiridos a lo largo del Grado y/o Postgrado universitario.

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