La ciudad del pileu
Por: Mgs. María Eugenia Torres Sarmiento
Comunicadora Social y Gestora Cultural del Cañar (Ecuador)

Han transcurrido 193 años de la cantonización de San Francisco de Peleusí de Azogues, pero su esencia de nación cañari es inmemorial.
En el Tomo I del Libro de Azogues, se relata la historia de la conformación y elevación a categoría de Villa de Colombia. Fue el insigne General Ignacio Torres, destacado militar oriundo de Popayán y radicado desde el año de 1822 en la ciudad de Cuenca, quien propone que se eleve a categoría de VILLA a la Parroquia de Peusí de Azogues, el 16 de abril de 1825, mediante un “Decreto de Creación del Cantón Azogues”, que más tarde, alrededor de un poco más de un siglo, se convertiría en una nueva jurisdicción territorial elevada a Provincia, formada por: Cañar (el antiguo Hatun Cañar), Peleusí de Azogues, Biblián, La Troncal, El Tambo, Déleg y Suscal.
Tierra de estirpe, historia y desarrollo, la de pensadores, poetas y escritores, de mujeres encantadoras, valientes y trabajadoras, de comercio activo, de una agricultura y ganadería próspera, de los campos fértiles, de los granos y sus sabrosas frutas; de manufacturas legendarias como la alfarería, herencia cañari, la elaboración de bayetas, productos lácteos, etc. Con su historia, leyendas y tradiciones fue forjando la CIUDAD DEL PILEU, la mítica y floreciente -ciudad de los campos amarillos- que en los meses de mayo y junio cubren todo el campo con el brillo del peleusí, flor del Pileu que ha dado nombre a su insigne pasado cañari.

Fray Gaspar de Gallegos, fue quién nominara a Sant Francisco Pueleusí del Azogue, por sus flores y por sus minerales:
“Llámese Peleusí (así) a este pueblo en la lengua de los indios, porque parece ser que en este pueblo, más que otra parte alguna, hay los campos llenos de unas matas que dan unas flores amarillas, las cuáles, por su tiempo, (…), cubren todo el campo; y a esta significación le llamaron Peleusí; que quiere decir “campo amarillo” (Fray Gaspar de Gallegos).
Y “AZOGUE” del mineral que atesora el cerro Guayzún, que, según la historia, ha forjado el carácter bravío de los cañarís, cuando se cuenta que los pueblos originarios de la zona antes de aprestarse a los preparativos de enfrentamiento bélico se cubrían los rostros y cuerpos con el cinabrio mercurio (azogue) para tomar la apariencia de ferocidad.
Las matas (del latín tardío matta-estera), de las que hablaba Gaspar de Gallegos, a diferencia de la llamada retama (del árabe clásico ratamah, originaria del Mediterráneo conocida en España, utilizada para los hornos de pan y para confeccionar escobas, a la cual se pretende atribuir el nombre de pelesí), es un arbusto que “vive varios años y tiene tallo bajo, ramificado y leñoso” (Diccionario de la lengua española, 2002).
La planta heráldica “el peleusí”, no es otra que el arbusto precolombino Pileu, cuyo nombre científico es Cassia spp, de la familia Cesalpináceas y que ha adoptado diferentes nombres en la región interandina: “Alcaparro enano”, “Alcaparrito” en Colombia; “Llin-Llin” en Ecuador y en cañari, “Pileu”; “Mutuy”, “Pcte!”, “Saligua”, en el Perú; “Moto moto”, “Suari”, Mutuy” en Bolivia.
El simbólico peleusí, flor del exuberante arbusto del Pileu, bellas panojas melíferas de los campos naturales de San Francisco de Peleusí de Azogues, a más de su belleza estética, es una inagotable vertiente de cultura viva; es leña casera, recurso para construir canastos, construir techados, mangos de madera para las herramientas, esencia colorante, medicinal, fertilizante de los suelos degradados y de otros atributos.
En el año de 1911, el Dr. Luis Cordero “El Grande”, ex-presidente del Ecuador, hizo referencia al “pileu” como el arbolillo indígena, la “CASIA TOMENTOSA”, denominado “pileo”, así también el destacado historiador ecuatoriano Octavio Cordero Palacios en su obra “El quechua y el Cañari”, refiere a esta mítica ciudad como “PELEUSÍ o PUELEUSI”, con una connotación específica, “amarilla” (Municipio de Azogues, 2004, p. 142).
Se adhiere a esta narrativa histórica del origen de la palabra peleusí, Moreno Mora, autor del Diccionario Etimológico y Comparado del Kichua del Ecuador, quién dice: “Peleusí”, Pileu, es: “Pueblo o campo en donde se mecen árboles de flores amarillas. Pileu Waku, nombre de la primera mujer del Inca Huina Cápac, una de sus coyas, hermana suya y significaría “FLOR AMARILLA”, señora extranjera”.
Y Rodrigo Pesantez Rodas, uno de los grandes líricos del Ecuador en el poema “Relación de Ternura para la Tierra Mía dedicado a su ciudad natal recita:
Nadie te ha visto como yo en las tardes,
Riendo flores de retama al viento;
Azogues, nadie, sólo yo que siento
Que adentro mía para todos ardes….
Eduardo Crespo Román, poeta, educador quién le canta a su tierra en el poema “Azogues Guacamaya encantada, Píleo y retama”, expresa:
Era el principio…
Y floreabas,
En el hálito del arrayán,
Del píleo
Y la retama:
Y tu arcilla,
Hecha palabra,
Palpitaba en la plegaria de los alfareros…