Asistencia sanitaria a personas refugiadas

Por: América Belén Viejó
Lcda. en Educación, Cuenca (Ecuador)

La situación de las personas refugiadas en varios países ha sido una realidad histórica. Los motivos pueden ser distintos, pero a su vez son el reflejo de las inestabilidades sociales que lamentablemente repercuten en los colectivos más vulnerables. El verse obligado a huir de su país de origen, por motivos de persecución, guerra, violencia, conflictos armados, desastres naturales, entre otros, pone en riesgo la vida y libertad del individuo y con ello nuevas dificultades. No obstante, la prioridad es brindar acceso a servicios básicos como asistencia médica y educación y protección legal.
En materia de salud, existen varios organismos que trabajan para brindar atención a personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas con el afán de contribuir de manera prioritaria al acceso a medicamentos, vacunas y tratamientos esenciales. Asimismo, en situaciones de emergencia se hace seguimiento a las personas refugiadas derivándolas a centros de salud locales cuando es necesario. Además, de proporcionar atención psicológica, cuidados maternos infantiles y promoción de programas preventivos (EACNUR, 2021).
Sin embargo, existen situaciones adversas que se generan de manera paralela. Por ejemplo, de acuerdo al informe de Nutrición y Seguridad Alimentaria de ACNUR, la escasez de comida aumenta la vulnerabilidad de las personas frente a situaciones de violencia. Además, que esta genera un efecto agudo en las mujeres, lo cual atenta a su salud mental y física. En esa línea, y más allá que la propia alimentación, es importante tomar en cuenta alternativas que permitan con el tiempo ampliar programas que hagan seguimiento de dichas situaciones. Pues, en muchos casos son las mujeres las encargadas de solventar a sus familias, lo que supone una gran responsabilidad (ACNUR, 2021).
Una de las alternativas de ACNUR y el PMA en cuanto a programas de nutrición ha sido implementar jardines de varios niveles en los campamentos de refugiados a través de alianzas, un ejemplo de esto es Kenia desde 2006 y Etiopía desde 2008. Estos jardines son parte de una estrategia de seguridad alimentaria para apoyar la diversidad alimentaria y aumentar las contribuciones de los refugiados a su propio consumo de alimentos. Los jardines son indicados para las áreas secas y no fértiles donde se encuentran los campamentos de refugiados y donde la calidad del suelo no es ideal para la agricultura y la cantidad de agua inadecuada. Es por ello, que los temas de construcción y el mantenimiento del jardín de varias plantas, la recolección de agua, el control de plagas, nutrición, planificación de comidas, y sobre todo el empoderamiento de las mujeres abre nuevos impulsos de vida (EACNUR, 2020).
Es importante saber que el estado de bienestar lo componen una serie de elementos entre los que se incluyen algunos determinantes para la salud como son: la biología humana, el medio ambiente, el sistema sanitario de salud y el estilo de vida. Por tanto, a la hora de solucionar las desigualdades no se deben centrar los esfuerzos únicamente en una situación específica, u orientar la ayuda exclusivamente a un determinado sector de la población, sino que dichas necesidades deben enfocarse en el reconocimiento y la praxis de la igualdad de género, pues este factor forma parte de un análisis estructural para entender la coexistencia de varios ejes de desigualdad que atenta hacia la dignidad de la persona.

Referencias Bibliográficas
EACNUR. (2021). No dejemos a nadie atrás. El asilo y la agenda 2030. https://www.observatoridelrefugi.org/wp-content/uploads/Guia_No-dejemos-a-nadie-atras_CAS.pdf
ACNUR. Nutrición y Seguridad Alimentaria. https://www.acnur.org/nutricion-y-seguridad-alimentaria.html

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