El nuevo ataque Asterogaláctico
Por: América Belén Viejó
Lcda. en Educación, Cuenca (Ecuador)
En una galaxia muy lejana, cerca del asteroide S614 habitaban seres con habilidades inimaginables que laboraban a velocidad de la luz, edificaban miles de construcciones simultáneamente e indudablemente, como era de imaginarse, poseían la tecnología más avanzada del cosmos. Cada cesco (nombre asignado para los habitantes de ese planeta), tenían la obligación de poseer un dispositivo de comunicación, pues en este podrían saber cuánto quisieran, informarse de sucesos que puedan resultar de gran importancia, y que a la vez que les permitía monitorear lo que sucedía allá afuera en ese universo infinito lleno de eventualidades y enigmas.
Cierto día un cesco, con referencia desconocida pero apariencia ruidosa advirtió a sus compañeros de trabajo denominados que se aproximaba un gran asteroide intergaláctico a una velocidad desconocida y que su amado asteroide desaparecería. Como bien era conocimiento de todos los habitantes frente a estas situaciones, debían utilizar sus dispositivos para conocer más detalles de este fenómenos y claramente prevenirlo. Sin embargo, hubo un cambio aquel día, la información sobre los últimos sucesos se actualizaría en unos dispositivos específicos, en donde gracias a su tecnología obtendrían toda la información acerca del asteroide en marcha.
Los habitantes empezaron a temer frente a la catástrofe venidera, y se preguntaban cómo harían para obtener ese nuevo dispositivo que salvaría sus vidas. Al día siguiente se dio un nuevo comunicado, el aparato 555-Q se encontraría en la única tienda disponible en el asteroide, “Dis-negativos”. Las filas no se hicieron esperar desde tempranas horas, la tienda recibía a miles de angustiosos cescos, hombres y mujeres pero sobre todo jóvenes de múltiples edades que empezaban hacer lo imposible por conseguir aquel dispositivo. Pasaron varias semanas y nadie se perdía los detalles del asteroide absolutamente todos estaban conectados desde el aclamado 555-Q y pasaban afligidos momentos envueltos en situaciones turbias y caóticas.
Cierta tarde un desacreditado habitante al que llamaban Darco, no tuvo la necesidad de deshacerse de su dispositivo, así que observó vagamente en el bulevar a un viejo y solitario mural al que nadie acostumbraba a leer por ser considerado “invisible”. Al cabo de unos minutos se sintió atraído como si se tratase de una especie de telepatía; cuando, ¡oh sorpresa¡ se trataba del ruidoso anuncio que tenía perturbados a todos los
ciscos, pero a diferencia de los otros anuncios esta vez había algo diferente. Darco no estaba impresionado por el ostentoso título, sino que contempló la parte inferior izquierda de la hoja envejecida, y que por la falta de miradas, se desvanecía, entonces se percató de un pequeño apartado que apenas se lo distinguía, este decía: “El nuevo ataque Asterogaláctico” (historieta recreativa) vol. 1° edición piloto. Realizado por Arte sin sombra. Sorprendido por tal novedad y mientras procesaba la reciente información, no dudó en hacérselo saber a cuantos veía por la calles. Comenzó por hablarles directamente, pero la población no comprendía lo que el cesco quería decir; luego de varias horas sin un resultado, agotado, decepcionado y sin sentirse tranquilo encontró a su paso un destello colorido y junto a este al cesco más anciano del asteroide.
Era un gran sabio que súbitamente interpretó lo que Darco desordenadamente trataba de decir. Inmediatamente el sabio telepáticamente reunió a todos los habitantes y habló sobre la importancia de dicho anuncio. Al tratarse de una persona sumamente importante y prodigiosa en el asteroide S614 la población cesca no dudó en prestar toda la atención e intentar entender la infortuna confusión. Al finalizar la algarabía, el sabio concluyó con una sólida frase.
¡Por favor, lean más, y alimenten el espíritu!