Lujuria
Por: Mateo Sebastián Silva Buestán
Director Colección Taller Literario, Cuenca (Ecuador)
Permanecía estupefacto, admirando aquella forma, aquella silueta, aquella figura en la que se podía sobreexplotar la imaginación y cumplir cuantos deseos a la mente acudieran. Era la primera vez, la vez primera era. Recordaba aún el aroma piel, el dulzón sabor de esos cuerpos y dichos acaramelados besos que a los labios no dejaban desfallecer. Sentíase morir y reencarnar en un solo instante. Auténtica magia en cada encuentro. Diferentes nombres, cuerpos y cabellos, pero iguales en todo su actuar y proceder. Misma guía y protocolo, pero diferentes sentimientos al momento de agitar el pañuelo en seña de despedida. Prima siempre la química de la sensación de quien más dejó huella, huella que intenta llenar con oscuras fantasías y un indecible derroche de pasión. La función acaba de empezar, pósate y recorre lento, pero rápido hasta llegar a la exaltación máxima. Resta lo que haga falta, acecha la presa, únete a su mundo. Somos encrespadas olas de mar tormentoso y deshacemos la arena.