Depresores del sistema nervioso central: Alcohol etílico

Por: Dr. Gabriel Tenorio Salazar, Médico
Cuenca (Ecuador)

Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha consumido bebidas fermentadas; y desde que los árabes inventaran el alambique, bebidas destiladas. Todas las bebidas contienen alcohol etílico que es la sustancia que deprime el sistema nervioso central y provoca la ebriedad que todos conocemos.

No es de interés del presente artículo que los lectores conozcan la explicación científica de la intoxicación alcohólica y sus efectos. Mejor trataremos de exponer algunos hechos que experimentándolos o viéndolos, no hemos sido capaces de apreciarlos en su real magnitud.

Todos, por la educación que recibimos de nuestros padres y luego del sistema educativo y de la sociedad, sabemos que el estado depresivo del sistema nervioso que produce el alcohol, induce a la socialización, de allí que en toda reunión social o fiesta se consume el alcohol en diferentes presentaciones.

Mientras mayor cantidad de alcohol consumimos, mayor es el estado depresivo; y mayor es el estado de ebriedad. Pasaremos del estado desinhibitorio de uno o dos tragos, al franco estado de ebriedad, con dificultad para la marcha, descuido del aspecto personal, agresividad o llanto y luego al coma alcohólico y a la muerte.

Cuando ingerimos cantidades bajas de alcohol, notaremos euforia, mayor facilidad de comunicación y mejor socialización; esto se produce porque se deprime el autocontrol y la persona está liberada de los frenos de la disciplina que usualmente tenemos. Este es el efecto socializante del alcohol; y, teóricamente no deberíamos pasar de este estado. Pero, si conducimos vehículos o manejamos máquina, no deberíamos llegar ni siquiera a este estado.

Hay ocasiones en las que no entendemos como es que la Ley de Tránsito pone valores tan bajos de alcohol como límite para conducir vehículo; e incluso podemos ir presos con cantidades mínimas de alcohol en sangre. Nos preguntamos a que se debe esa regulación que nos impide consumir alcohol; ahora vamos a explicarlo.

Al tomar un vaso de cerveza, una copa de vino o un trago de ron o wiski, la cifra de alcohol en la sangre va a exceder el límite legal para conducir, eso nos puede parecer extraño o injusto; pero, conociendo los efectos que produce en el conductor de vehículos lo vamos a entender y a aceptar. Provoca aumento de la confianza en uno mismo: creemos que conducimos mejor, nos volvemos imprudentes. Es tradicional escuchar a los amigos decir: “con un trago manejo mejor”; ese efecto se produce porque ganamos confianza y perdemos el miedo. Provoca un retardo en la respuesta a los reflejos aprendidos de la conducción; por ejemplo, si veo un obstáculo aplico el freno: decisión que se toma en medio segundo y bajo efecto de alcohol en el doble o triple de tiempo. Si debo decidir entre dos opciones, por ejemplo, freno o esquivo, decisión normalmente tomada en 0,75 de segundo, se triplica o cuadriplica bajo efecto de alcohol. Se pierde la visión lateral, o visión el rabillo del ojo; esto produce que no veamos el paso de un peatón o de otro vehículo y el sujeto dice de donde salió, no lo vi.  También tendemos a deslumbrarnos si conducimos por la noche. Disminuye la capacidad auditiva, alzamos el volumen del equipo de sonido del vehículo o no oímos sirena de ambulancia o policía. Perdemos atención con mayor facilidad y nos distraemos de la conducción. Si ingerimos mayor cantidad de alcohol, los efectos explicados se volverán mayores.

Fuera de la conducción de vehículos el alcohol es un inductor de la violencia torna al sujeto agresivo y mal educado. Los amigos, la familia, la esposa e hijos pasan mal en la mayoría de los casos.

El consumir alcohol de modo adictivo, se conoce como alcoholismo. Pensamos que es alcohólico aquella persona embriagada que camina por las calles mal vestido, sucio y desorientado; pero no es así; tal vez la mejor definición de lo que es una persona alcohólica es aquella que dice: alcohólico es la persona que, como consecuencia de la ingestión de bebidas alcohólicas, tiene problemas con su salud, su familia, su trabajo o estudios o con la sociedad.

Entonces reflexionemos como estamos actuando: si tenemos un accidente de tránsito bajo los efectos del alcohol, reconozcamos lo que somos; aún más, si maltratamos a la familia bajo los efectos de alcohol, si participamos en riñas o si no podemos detenernos en la ingesta cuando tenemos afecciones médicas que se agravan o se producen por el alcohol.

Instalada la adicción, esta va a ir agravándose y a producir efectos dañinos, especialmente en el hígado para el cual el alcohol es un toxico directo, lo que llevará a la cirrosis hepática y a la muerte por las complicaciones que esta afección provoca.

Entonces el temblor de las manos y la pérdida de masa muscular por el daño neurológico que causa el alcoholismo: los cambios de color de la piel por la falta de vitaminas, la hinchazón del abdomen por la presencia de liquido libre en la cavidad abdominal, dependiente de la cirrosis, cambios cutáneos y más, indican un proceso avanzado y a veces irreversible de enfermedad alcohólica.

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