Ad portas de la nueva esclavitud

Por: Jacqueline Murillo Garnica, PhD
Bogotá (Colombia)

Ilustración de Fran Pulido.

El siglo XXI hizo su debut con un desarrollo científico y tecnológico que jamás lo hubiéramos imaginado. Hemos enseñado a las máquinas a hablar, se han creado robots que empezarán a circular a patir de abril por las calles del Japón -¡Qué maravilla!. Los ancianos de ese país contrarrestarán la soledad con bebés robots y simularán que tienen compañía y a quién proteger, observamos planetas gigantes fuera de nuestro sistema solar, se descubrió la existencia de agua en Marte, sólo por citar algunos de los descubrimientos de los avances científicos y técnicos, sin embargo, no hemos logrado erradicar el hambre.

Amir Qureshi (Getty).

Según la FAO, 839 millones de personas en el planeta no pudieron alimentarse dignamente en el 2022, la suma se va incrementando: 10.7 millones más que en el 2021. Este aumento tiene su origen en la guerra entre Ucrania y Rusia, también se prevén los efectos devastadores de las sequías e inundaciones y otros conflictos bélicos que se siguen generando en el mundo. El jefe econosmista de la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha dicho: “Cada vez estamos más lejos de un mundo sin hambre”. Millones de congéneres se van a la cama con el estómago vacío. Los catástofres narturales como el reciente terremoto de Turquía y Siria, ya llevan 33.000 pérdidas humanas y se calcula que millones quedaron sin hogar y sin trabajo.

Las brechas entre ricos y pobres son abismales y la indiferencia es otro de los males que aquejan al siglo XXI.  En el distrito de Chuo, en Tokio, en diciembre del año pasado, se realizó una prueba  con el robot DeliRo, que llevó una hamburguesa de una tienda a una oficina ubicada a 500 metros de distancia. La compañía, Delivery, empezará en el mes de abril de este año a transportar alimentos y artículos de uso cotidiano. No es que estime que estos alcances estén en detrimento de la sociedad japonesa, todo lo contrario. Bien por los japoneses y las comodidades de evitar salir y perder tiempo precioso en caminar para degustar una deliciosa hamburguesa, quizá fabricada con carne sintética.

DeliRo, el robots, está equipado con mapas sobre caminos peatonales y cuenta con seis cámaras para deterctar y esquivar peatones y obstáculos, también puede identificar los colores de los semáforos, mover sus ojos y decir cosas como “giro a la derecha”. Digno de admirar este aparato que transitará por las calles de Chuo.

Me traslado al continente africano, cuna de la civilización del Homo Sapiens. El cuerno de África enfrenta la peor sequía de los últimos 40 años, provocada por la falta de lluvias en el anterior lustro. En tiempo real, se calcula que 27.6 millones de africanos están en niveles críticos de hambre. En Somalia, 5.6 millones, Kenia, 4.4 millones, Etiopía, 9.9 millones y Sudán del Sur, 6.6 millones. “Las cifras aumentarán en el primer trimestre de este año, lo que es muy preocupante, ya que las consecuencias de la crisis del hambre son inmensas”, declaró Margret Mueller, coordinadora Humanitaria Regional para el Cuerno de África, África Oriental y Central.

Mientras algunos bípedos desarrollan sistemas sofisticados como las cirugías realizadas por robots o máquinas, sin la necesidad de la mediación de un ser humano, otros terrícolas mueren de física hambre. En algún momento de sus años dorados, usted podrá decidir si una máquina le cambia el pañal o desee la asistencia de una persona que le colabore con estas pequeñas y frívolas ayudas domésticas. Son las paradojas de este siglo plagado de progreso tecnológico.

Ahora hablemos de la nueva IA generativa, que crea textos a imágenes a partir de órdenes. Su impacto en el mercado laboral, la educación y la vida cotidiana de las grandes potencias resulta abrumador. Por ejemplo, los estudiantes de países desarrollados, con este sistema no invertirán tiempo en consultas prolongadas y tediosas, mucho menos, en ocuparse de analizar y sintetizar la información; tendrán la investigación al instante, sólo con oprimir una tecla, o si les da pereza accionar los dedos, entonces mejor le preguntarán a la máquina, ella se encargará de redactar. ¡Wala!

Hace dos meses se lanzó el programa y ha causado no sólo sensación sino también la promesa de revolucionar un sistema de búsqueda, localización de la información y redacción de los textos, entre otras. Es decir, ya los tiempos en que los profesores ubicaban a través de rudimentarios programas si los alumnos cometían plagio, ya son cosa del siglo pasado. Es posible que los profesores también queden fuera del mercado con esta revolución tecnológica. “La IA reorganizará el mundo”, concluía un informe de 2021 de la Comisión Nacional de Seguridad sobre IA de EE. UU.

La IA es la nueva sociedad que vincula al hombre con la máquina, lejos de solucionar los problemas reales que aquejan a millones de seres humanos en el planeta. El advenimiento de la nueva esclavitud abre sus puertas al el siglo XXI.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *