A Josué en su cumpleaños

Por: Luis Curay Correa, Msc.
Vicerrector UETS Cuenca (Ecuador)

El 14 de febrero de cada año se transforma en una fiesta constante, una que hace 23 años me regaló la experiencia de ser padre; he decidido, desde esta entrega, hasta la fecha mencionada, recordar a mi primogénito con el mayor de los amores.

En primera instancia deseo recordar un escrito muy breve que hice desde Bogotá, hace diez años atrás. Era el cumpleaños número trece de mi hijo, que lamentablemente, por razones de estudio, no pude compartir con él.

A Josué en su cumpleaños

Aún recuerdo los bellos momentos de la espera: las primeras compras, los pañales preparados en tonos azulados, la cuna rematada en un tul primorosamente adornada que te preparó la tía Amada, los pequeños zapatitos y la casaca jean con la que esperábamos sacarte de paseo. Aún están en mi mente el primer llanto, las dos o tres veces que nos hacías levantar por noche para alimentarte, los halagos cariñosos, tus blancas manos aprisionando mi dedo a la vez que nos regalabas tan lindas sonrisas, tus ensortijados cabellos, el orgullo de padres que paseábamos entre los amigos, la familia, por las calles como gritándole al mundo que eras tú, Josué, nuestra primera bendición. Aún siento el llanto del desespero e impotencia al no poder calmar esos dolores que experimentabas cuando enfermo, los afanosos besos y las hermosas oraciones de agradecimiento por dejarnos ser tus padres, y tú, nuestro hijo. Siento la felicidad a borbotones cuando en aquella tienda pedías tu primera golosina…la escuela, el estudio, el conservatorio, tus poemas, las declamaciones, tu espíritu indomable de líder que nadie ha doblegado.

Hoy, ya joven, nos regalas la altivez de un ser sensato, respetuoso, inteligente, amante de Dios y de la Virgen; nos regalas los logros especiales que te van formando, construyendo. ¡Si supieras cuánto me alegra abrazarte y descubrir en tu porte, la gallardía de todo un caballero!

Ya son trece los años que nos alegras la vida, y serán muchos más los que nos dejarán reír contigo, llorar también; serán igual de buenos que éstos, y en todos los que nos faltan por vivirte siempre recibirás el amor de padre que te he ofrendado y siempre lo encontrarás, allí donde lo cultivaste: en todo mi ser.

¡Dios te bendiga mijo!…FELIZ CUMPLEAÑOS

Bogotá, 13 de febrero de 2013

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