Anfetaminas y Xantinas
Por: Dr. Gabriel Tenorio Salazar, Médico
Cuenca (Ecuador)
La anfetaminas, un grupo de sustancias sintéticas usadas como energizantes, productoras de insomnio, anorexígenas, que quitan el hambre, se usaron como medicamento para los soldados en guerra pues por sus efectos, se suponía que mejoraban la calidad del soldado al aumentar su agresividad, quitar el sueño y el hambre. Su uso con estos fines se extendió desde las guerras Bávaras a finales del siglo XIX hasta las guerras modernas.
Durante el fenecido siglo XX, se extendió su uso, recetadas por los médicos para adelgazar y luego con la única indicación médica para tratar la hiperquinesia de los niños y la hipersomnia. Rápidamente, por su efecto energizante pasaron a ser de uso común por parte de los estudiantes para no dormir y estudiar más, por parte de los conductores nocturnos de vehículos y por personas que debieran hacer guardias o turnos nocturnos. Las usaron también para aumentar el rendimiento deportivo en lo que se llamó el doping o dopage de deportistas y de los caballos de carreras.
Poco a poco fueron penetrando en los jóvenes dándoles una sensación de poder y de aumento de la capacidad física e intelectual. Se comercializan como éxtasis, metanfetamina o cualquier nombre con que el traficante la bautiza.
Al ser un estimulante del sistema nervioso central, y aumentar la capacidad física, con sensación de poder, rápidamente se convirtieron en sustancias de abuso.
Su uso adictivo produce agresividad, enflaquecimiento, nerviosidad, insomnio, aumento del tamaño pupilar o midriasis, sudoración, temblor, sensación de persecución, miedo, trastornos del ritmo cardiaco que en ocasiones pueden llevar a la muerte, taquicardia. Producen en el adicto alucinaciones auditivas más que visuales.
La dependencia es psíquica, si el individuo deja de consumirla entra en síndrome de abstinencia con deseo intenso de usar la sustancia, sensaciones de persecución, que duran unas dos semanas luego de la interrupción de la sustancia y luego desaparece.
Xantinas
Son productos naturales provenientes de las plantas la cafeína del café, la teína del té, la teobromina del chocolate.
Todos las consumimos, aunque pueden crear adicción. Así, por ejemplo se recomienda ingerir máximo dos tazas de café al día, hay personas que se vuelven cafeinómanas e ingieren hasta 20 o más tazas al día. Igual sucede con los tomadores de té o con los consumidores chocolate.
Todas tienen un leve efecto estimulante del sistema nervioso, con aumento de la capacidad laboral, insomnio, sensación de despertar intelectual, pérdida de la fatiga y ligera anorexia.
Su uso adictivo desencadena dolores de cabeza, sensación de nerviosismo, insomnio, anorexia con enflaquecimiento. Es llamativo el efecto de irritación intestinal, favoreciendo la formación de úlceras estomacales.
Su uso es común y no causa trastornos, salvo cuando se ha desarrollado la adicción. No se deben proporcionar a los niños, las mujeres embarazadas deben disminuir o anular su consumo pues el niño puede nacer de bajo peso.