La pedagogía del error, oportunidad para enseñar y aprender
Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)
El error es inherente al ser humano. Todas las personas durante su vida escolar han cometido errores en algún momento de su aprendizaje y han recibido por ello desafortunadamente, el reproche del docente y de sus padres.
El alumno al ser reprendido por el intento fallido refuerza sentimientos de frustración e incapacidad, con esto solo se logra dañar su autoestima y el rechazo hacia el aprendizaje y la escuela. El error, muy pocas veces es aprovechado como una oportunidad de aprender y crecer intelectualmente, todo lo contrario, nuestro sistema educativo lo condena.
Hoy propongo reflexionar sobre esta realidad y significar la importancia que tiene el error cometido durante la aprehensión de los conocimientos como fuente de aprendizaje.
La pedagogía del error, busca revertir la concepción desacertada que se tiene sobre la equivocación en el aprendizaje. Cuando el estudiante aprende sin temor a ser recriminado por el error cometido participa de una manera desinhibida y se crea en el aula un ambiente de armonía propicio para alcanzar el conocimiento. Aprender de las equivocaciones enseña a razonar, reflexionar, argumentar y desarrollar el pensamiento crítico, de esta forma se aprende de manera efectiva.
Además, en el contexto de la pedagogía del error, el docente ha de ser crítico; también, es necesario fomentar esta actitud en el estudiante, con el propósito de que analice y reflexione sobre los errores cometidos; para así, no solo evitarlos en el futuro, sino también, comprender las causas y consecuencias que pueden acarrear. El profesor debe señalar los errores y provocar en el alumno la necesidad de buscar respuesta a preguntas como: ¿cuál es el error?, ¿qué provocó que se cometiera el error? y ¿qué significó este error para el resultado final del ejercicio o tarea?; pero, sobre todo, es importante que el alumno cuestione, recapacite y responda: ¿cómo resolver correctamente el ejercicio o tarea? y ¿qué aspectos debe reforzar en su aprendizaje?
Cuando el alumno reconoce el error, es consciente de cuáles han sido las causas que lo provocaron, alcanza el conocimiento necesario desde el análisis de las equivocaciones y realiza las enmiendas pertinentes, desarrolla habilidades para enfrentar problemas similares y otros de mayor complejidad. Es más productivo que analice y comprenda las falencias, y no que se le muestre la solución correcta del ejercicio; el alumno que logra corregir lo incorrecto se siente motivado por el aprendizaje, incrementa su autoestima y lo predispone positivamente para enfrentar nuevos retos.
Por otro lado, los errores que el alumno comete sirven de retroalimentación al docente sobre la eficacia de su labor, le permiten conocer cuáles son las dificultades de sus alumnos y qué estrategias didáctico-metodológicas implementar para brindar la atención necesaria a cada caso.
Por todas estas razones, es preciso incorporar la pedagogía del error al proceso de enseñanza-aprendizaje; en tal sentido, es necesario que los docentes cambien su forma de pensar y utilicen el error constructivamente; desde esta perspectiva el error se convertirá en fuente de conocimiento y una oportunidad para enseñar y aprender.