Agua
Por: Rodrigo Murillo Carrión
Machala, Ecuador
*
De materia intangible,
para las manos toscas,
recibieron su esencia las moléculas
del agua, del aire y de la tierra.
Aglutinadas, en formaciones invisibles,
construyen una gota de lluvia,
privada de libertad,
prodigio que desde lo alto
viene luchando contra el viento,
gravitando en los secretos,
de su origen y multiplicación.
Y muere con ellos cuando
esa y mil gotas más chocan
contra el suelo y se hunden
formando la humedad.
*
Y en otra alucinante formación,
se concentran y construyen
el encanto del agua
en sus corrientes o remansos;
al canto veraniego de su marcha
y su danza estacional,
a su inocente juego con las arenas
de una orilla.
*
Agua encantada, Agua Bendita.
Tiene sus propias leyes y caprichos:
Nunca regresa, ni vuelve a recorrer
unos alegres meandros.
No cae dos veces en la misma cascada.
Su destino es un mar, un lago,
un espejo para descansar,
hasta la hora del regreso,
a formar nuevas nubes y neblinas.
*
Mas, cuando la lluvia arrecia,
los ríos desbocados arrastran
la furia de sus oleajes jorobados,
cambiando su canto por rugidos,
moldeando piedras, tallando guijarros.
Castigan la irreverencia de los insanos,
sin discriminar los espacios consagrados.
*
Llegó el invierno.
Los telones de nubes han cerrado
el primer acto de una batalla
por el dominio del amplio cielo.
Las nubes oscuras dominan,
el sol se oculta,
los días se hacen pálidos,
la incertidumbre se acrecienta
y los brujos ejecutan rituales.
Los chorros de agua destaparon
las cañerías y bajan acompañados
de rayos, truenos y miedo.
El invierno puede prolongar su
temporada e invadir geografías
*
Más dolorosa es la sequía,
la sed escuece a las plantas,
la tierra, erizada, eleva su clamor,
los canales de riego arden en su curso,
la ansiedad llega a los animales,
enfermos de fiebre intensa,
los volcanes derraman lágrimas
en inclementes raudales.
Con la piel chamuscada los campesinos
ejecutan su magia de invocación
a la diosa escurridiza de la fertilidad.
Han cumplido con todos los sacrificios
y esperan, impacientes, días oscuros
y fríos, de espesas nubes grises.
*
Contra todo pronóstico aleatorio,
profeta doctos y conspiradores
anuncian un futuro apocalíptico:
un cataclismo universal adelantaría
el final de los tiempos.
La asfixia se agravará con sequías y diluvios.
Las gargantas quedarán secas,
tragando amargura,
frente al océano rebosante,
de olas espantosas
que se robaron las costas.
Huracanes, vendavales, ciclones
y otras calamidades, pasearán
en los corredores del planeta,
equilibrando el desorden de los sistemas.
*
Turbulentas oleadas de pánico desatarán
el caos, el terror; una invasión de terrícolas
alcanzará a cada montaña olvidada.
Se habría liquidado la confraternidad
y la paz estaría ahogada en el fondo
del mar, jugando con los peces de
las profundidades abisales. Los
Incrédulos, alzando la vista al cielo,
reprocharían su arrogancia.
*
Pero yo no creo que llegaremos a
esos días terminales, de negra fantasía.
Habrá calamidades y sufrimiento;
se impondrá un régimen
de arbitrariedades y violencia.
Y la razón dominará sobre la insensatez;
no será fácil, y tendrá un costo elevado.
*
Tengo fe en la inteligencia humana
y que el amor triunfará, poniendo fin
a las guerras, en los nuevos tiempos
que van creciendo.
No es posible el suicidio del planeta.
La historia nos dará la razón, la
fuerza y la voluntad para superar
el miedo y vencer los peligros.
La humanidad da intermitentes luces
de altruismo.
*
Pero hay mucho que podemos hacer;
a la estupidez hay que ponerle freno;
la ambición habrá satisfecho su gula,
la vanidad no podrá maquillar el terror,
el hedonismo se quedará sin teatro.
El mundo dará vueltas hasta reencontrar
la cordura.
*
Con el agua comienza la historia
del hombre, cuando primero fue vida,
tan pequeña como sus partículas.
Y del agua emergieron las especies precursoras; una cadena evolutiva.
Hombres encorvados, cazadores.
Los primeros navegantes y conquistadores.
Y ella los purificó cuando cayeron
en el pecado y la avaricia.
Con su misma benevolente atención,
la vida seguirá en la tierra y facultará la colonización del espacio.
Habrá una reconciliación universal
del hombre, el agua y la naturaleza;
la firma de una paz definitiva.