Falsas promesas Orwellianas

Por: Bryan Parra Campoverde
Estudiante universitario y miembro de CES-AL (Ecuador)

Si votar sirviera para cambiar algo, ya estaría prohibido”.
Eduardo Galeano

Como es de su conocimiento, Ecuador en estos últimos tiempos atraviesa por muchos acaecimientos insolentes, que, sin duda, ha puesto y sigue poniendo a muchos ciudadanos en una zona de alto riesgo.

Ahora, la última tendencia -que es la de siempre- viene escenificada por esos payasos que intentan convencer a los descerebrados ingenuos con sonrisa y promesas falsas para lograr engañar, una vez más, a toda una estólida nación. Tal como una bola de marranos de Orwell, que prometen al pueblo, travestidos durante la campaña con su antifaz de Halloween, en no convertirse en los mismos políticos de siempre, pero al final, una vez alcanzan el poder, sus promesas y compromisos se desvanecen en el olvido sepulcral. Lo terrible de esta barbarie insultante es que solo quieren ser los mismos de siempre, lucrarse del sacrificio de los demás. Algún atrofiado mencionó alguna una vez: “Que nos roben, pero que nos roben otros, no los mismos”.

En realidad, la culpa no reside exclusivamente en estos cuatreros sino especialmente en los que se dejan manipular de manera tan inocente e infantil: esa masa dominante de no pensantes, que son los que los aúpa al poder, para después quejase como niños no lo que no han defendido como hombres. Esto no es nada nuevo, es el reflejo de una sociedad con una baja calidad formativa y democrática. Ya lo dice el refranero popular: nadie hace nada por nadie, solo se busca el beneficio personal. Esto es lo que hay y la historia, ya la saben ustedes, se repite una y otra vez ¡Qué desgracia!

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