El agua es vida pero también es muerte
Por: Abg. Graciela Estrella Abril
Cuenca, Ecuador
Resulta preocupante conocer que en el planeta tierra, unas 16 millones de niñas y mujeres carecen de este vital líquido y tienen que dejar de estudiar en la búsqueda del agua para satisfacer una de las principales necesidades de subsistencia diaria.
Nuestra Constitución en su artículo 12 reconoce al agua como un derecho humano. El derecho al agua está íntimamente ligado a la salud, fundamental para el desarrollo. En el artículo 66 de la constitución numeral 2, califica el derecho a una vida digna considerando así una concepción maximalista.
Además, forma parte de los sectores estratégicos y es de responsabilidad del Estado, puesto que sin el agua, peligra la Soberanía Alimentaria. En el art 318 de nuestra Constitución se prohíbe toda forma de privatización de este recurso, así mismo en el art 326, numeral 15 se prohíbe la paralización de servicios públicos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030), constituyen una agenda de desarrollo mundial que incluyen 17 objetivos y 169 metas que buscan que los Estados, que integran de la Organización de Naciones Unidas, alcancen en 15 años una mejoría económica, social y ambiental, y constituyen la continuación de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (2000-2015).
El objetivo 6, busca agua limpia y saneamiento para todos, basado en el hecho de que más de 180 millones de personas alrededor del mundo no tienen acceso a agua potable. A más del acceso universal, se busca que el mismo sea asequible (precio). Sin olvidar los problemas derivados del saneamiento (defecación al aire libre), así como la necesidad de tratamiento de las aguas residuales, como la gestión integrada de los recursos hídricos.
Hay que estar claros que la explotación minera en territorios como Kimsacocha, Río Blanco, Gualleturo (Cañar), mediante concesiones del anterior y actual gobierno, a empresas transnacionales mineras, a más de poner en riesgo la vida de los defensores del agua, constituye una verdadera amenaza que acabará con las fuentes de agua, ríos, lagunas, páramos, aguas friáticas y humedales, en las zonas de alta biodiversidad, en zonas donde la vida de las comunidades está en riesgo con vestigios patrimoniales arqueológicos.
Debe quedar claramente establecida que una economía extractivista es un atentado violento con la Madre Tierra y sumisa ante el mercado mundial, no tiene posibilidades de conducirnos al desarrollo. Mucho menos será la base para construir el Buen Vivir.
La Marcha Nacional por el Agua y la Vida, que protagonizan los pueblos y nacionalidades indígenas, recorriendo a pie desde Tundayme, Provincia de Zamora Chinchipe, hasta la capital de los ecuatorianos, es una protesta contra el gobierno, en demanda de sus derechos como el Agua y la Vida, La Educación Intercultural Bilingüe y en rechazo al plan de ajuste económico que favorece a los grandes grupos económicos del país y obedece a la presión del Fondo Monetario Internacional FMI.
Los caminantes exigen que se prohíba la actividad minera en el país, que se suspenda la XI Ronda Petrolera -Sur Oriente- y la ampliación de la frontera petrolera y minera hacia sus territorios.
Como podemos permitir que entren a nuestra casa grande, a nuestros territorios para llevarse los recursos naturales sin que hayamos ofrecido el consentimiento nuestro.
No podemos hablar solo de consulta previa sino de consentimiento, porque sin consentimiento no hay democracia posible, sin consentimiento no hay plurinacionalidad, sin consentimiento no hay interculturalidad, sin consentimiento, jamás puede haber paz en el planeta.
Si no hay consentimiento, hay un despojo, hay una apropiación fáctica, hay una violación fragante y nuestros territorios no son solamente un pedazo de tierra como lo define el sistema de derechos internacionales, sino que comprende el espacio físico, el espacio subjetivo, que está bajo y sobre la tierra.
Eso es lo que los colonialistas no conocen o quieren ignorar, al calificarnos de inferiores, menos que ellos, que somos subdesarrollados, que no queremos el progreso, el desarrollo. En cambio nosotros tenemos la más potente conexión espiritual, para en minga seguir resistiendo, en minga seguir construyendo el estado plurinacional y en minga seguir construyendo la vida para nosotros y nuestros hijos.