Proyecto de las ciudades perdidas
Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Compilador
“Un sendero en el sureste selvático de Ecuador, donde se han localizado dos bloques de piedra tallados, podría ser el vestigio que conduzca hacia dos minas de oro españolas del siglo XVI, cuyo rastro se perdió hace unos 400 años.
El hallazgo, realizado por el Geólogo y explorador suizo Stefan Ansermet, es el primero que podría arrojar luz en la dirección de las minas y es “bastante esperanzador”, según su jefe, el presidente de la firma Aurania Resources, Keith Barron.
“Estos lugares eran reputados no solo por ser los más ricos de Ecuador, sino de todo el Imperio español“, afirma sin dudarlo Barron, un canadiense que ha vivido en una veintena de países y que se fijó hace dos décadas localizar esas “ciudades” mineras perdidas.
Este proyecto, llevó a investigar referencias o mapas y adentrarse en el Archivo de Indias de Sevilla, donde hallaron 500 documentos, en el Museo Nacional de Madrid y otras instituciones en Perú y Ecuador.
Una de las pistas más importantes la encontraron en la Biblioteca de Manuscritos del Vaticano, en un volumen de memorias del sacerdote carmelita Antonio Vázquez de Espinosa, que vivió en varias regiones el “Nuevo Mundo” durante dos décadas, una de ellas en la región ecuatoriana.
“Ofrece una descripción de cómo llegar a Sevilla de Oro desde Riobamba“, e incluye un camino real, unos lagos situados en el páramo, un cambio de dirección norte-sur en la rivera del río Upano y adentrarse en la cordillera del Cutucú.
Las minas coloniales debieron tener en sus orígenes unos 50 españoles y 2 000 trabajadores indígenas, y en su primer año, Logroño de los Caballeros produjo 4.000 onzas de oro, una cantidad considerable. Fue destruida tres veces por revueltas indígenas y reconstruida, lo que apunta al valor de la explotación.
“Sabemos que operaron 35 años y eran realmente importantes para la Corona española”, sostiene la Compañía Barron, Aurania, aunque advierte que no esperan encontrar ruinas, sino restos de alguna empalizada, trincheras, pozos, la extensión del camino descubierto o algún viejo eje minero.
El historiador Ricardo Ordóñez, experto en la era colonial, explica que lo que se busca son restos de “villas reales de minas“, generalmente sin defensas amuralladas y levantadas sobre un lavadero de oro o yacimiento importante” (Agencia EFE).
El Proyecto Cutucú comenzó en circunstancias muy curiosas, allá por el 1998. El Dr. Keith Barron, que andaba por esa zona geográfica, se inscribió en una escuela de español en Quito (Ecuador) y se alojó con el Profesor Octavio Latorre y su familia.
El Profesor Latorre es historiador, archivero y autoridad mundial en los primeros mapas de la región amazónica y, en su momento, le comentó al Dr. Barron que había 7 famosas minas de Oro en la “Audiencia de Quito” (actual Ecuador) en la época de los conquistadores españoles y que 5 de ellas ya habían sido reubicadas, pero dos seguían “perdidas” (Proyecto Cutucù).
En 1986, el Padre Pedro Porras descubrió la Ciudad de Sevilla de Oro, que fue fundada por el Capitán José Villanueva y Maldonado, en 1575, y destruida por los shuar, en 1599.