Flores en el camino a Pucayacu: Un lugar mágico en la parroquia Pindilig, provincia del Cañar
Por: Mgs. María Eugenia Torres Sarmiento
Comunicadora Social y Gestora Cultural del Cañar (Ecuador)
En un recorrido por los caminos floridos del Zhablud en la parroquia Pindilig del Cantón Azogues, provincia del Cañar, en acenso hacia el cerro Pucayacu, a la banda de la parroquia Taday, dividida por el pintoresco río Macas, encontramos la verdadera magnificencia de la naturaleza pura, una riqueza cultural y turística del Ecuador.

En el camino a Pucayacu, nos encontramos con Don Luis Quintuña, dueño de un emprendimiento de acuicultura, con quien dialogamos sobre la realidad del sector productivo en la parroquia Taday, el mismo que necesita ser impulsado para su desarrollo.
Don Luchito amablemente nos trajo al diálogo, “el campo nos ofrece oportunidades de sobrevivencia con los sembríos en la tierra, de la ganadería, y de todo lo que producen nuestros campos –vivimos-“. Nuestra fuente de ingresos está basada en la siembra de papas, la crianza de truchas. Con la crianza de truchas hemos podido solventar los gastos de nuestros hogares, criamos a los peces con el balanceado y también avena integral para dar un buen sabor, también les alimentamos con el pan y las cuicas de la tierra. Nuestro mercado son las parroquias de Azogues, San Marcos, Taday y Pindilig, zonas que basan su alimentación en la propia producción de la región.
Y nuestra fuente principal para nuestro emprendimiento es la abundancia de agua que fluyen desde varias quebradas, una de ellas la denominada río Terrapa, que abastece todo el sector, agua golpeada en las piedras y laderas de pequeños riachuelos que forman las quebradas que conducen el agua a su destino. El río Macas, que se une al Taday y el Pindilig y a su vez, se unen al gran río Paute para luego abastecer la gran Central hidroeléctrica del Ecuador “Mazar”.


Pucayacu o “Agua colorada” (en quichua), un cerro colorido por su vegetación exuberante y nativa, de matices multicolores por la presencia de las sandalias amarillas de Jesús, las orquídeas anaranjadas silvestres, las imponentes orejas de burro y campanas de diferentes formas y colores, con un clima frío, propio para la crianza de truchas y ganado. Pues son las propias familias, las que invierten en sus emprendimientos, no es suficiente el apoyo de las autoridades en la generación de emprendimientos, es necesario un mantenimiento vial y cuidado de sus fuentes hídricas.


Los productores lecheros de las comunidades de esta jurisdicción, han sido beneficiarios con los proyectos de la Corporación Eléctrica del Ecuador CELEC EP, que vienen realizando acciones y proyectos para incentivar el desarrollo de actividades productivas comunitarias, la preservación de la biodiversidad y la protección del ambiente, que le corresponden como promotora de proyectos de generación eléctrica; Así también la Prefectura del Cañar ha realizado la entrega de insumos agropecuarios y semillas de pasto de calidad a los pequeños productores lácteos y ganaderos de comunidades rurales de las parroquias Pindilig haciendo beneficiario a varias familias del sector.
Tierras ricas y llenas de historia que hasta el año de 1865 se la conocía como Macas, término antiquísimo que significa “Casa de Reyes”, que traduciría –poblado emergente-, y que luego hacia 1865 y 1870 fue sustituida su denominación de Macas por Pindilig, en honor al primer cacique el gran Rey Pintillik. Según Glauco Torres, que vino del norte peruano y es de origen Chimú (tribu que pobló desde Tumbez hasta el Callao), este Rey –Pintillik-, llegó a las costas de la nación cañari y penetró en la sierra, por el río Chanchan.

En lengua cañari el nombre de esta parroquia es Pendeleg, pero por modificación fonológica incásica y luego española es Pindilig. La historia dice que en 1855 los pueblos de Guarainag, Pindilig y Zhoray, eran anejos de Taday, y en ese mismo año Pindilig inicia el proceso de separación para convertirse en parroquia independiente, parroquializándose el 23 de febrero de 1858, siendo sus primeros habitantes: Saico, Guarquila, Salto y Collaguazo, Caciques que conservaron cierto grado de independencia, población nativa que se radicó en las faldas del Huaca-Rumí (ataúd de piedra).


Tierras fértiles y ricas, que a mediados de los años 1900, partieron de la gran “Hacienda de Zhabud” de propiedad del cura Alberto León Bravo y que luego con la llegada de la renombrada reforma agraria, la comunidad se levantó en defensa de sus parcelas de tierra y formaron las comunas o cooperativas de socios, tomando las yapas que eran aquellos pedazos de pajonal que estaban en el cerro, e iniciando un trabajo tesonero en el sector agrícola y ganadero, de muchos pobladores que hoy son parte de la vida de este mágico lugar en la serranía del austro ecuatoriano. Y que hoy debe ser considerado uno de los importantes destinos turísticos de la provincia del Cañar y el Ecuador.