La ciencia y la tecnología como herramientas de progreso social

Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)

Corriendo el riesgo que muchos me tilden de ferviente estudioso de la ciencia y la tecnología puesta al servicio de la humanidad, retomo el tema del progreso social como resultado de la aplicación consciente y responsable de los avances científico-técnicos, espacio donde la Universidad juega un rol protagónico.

El desarrollo científico y tecnológico es una de las características más significativas de la sociedad contemporánea; los avances de la ciencia y la tecnología ya no es solo un asunto de los académicos y especialistas; el progreso científico-técnico ha desbordado los límites de los laboratorios y espacios académicos.

Hoy es imposible hablar de ciencia y tecnología sin tener en cuenta el ámbito social, cultural, político y económico; tanto la una como la otra son la expresión del avance alcanzado por la actividad humana, están presentes en la gestión gubernamental, las empresas, los negocios, la asistencia médica, la educación, los servicios públicos y en las más diversas esferas del quehacer social; se han convertido en herramientas cotidianas del ser humano, brindándole recursos para alcanzar la satisfacción de sus necesidades y el desarrollo social; fenómeno que se presenta de manera creciente y acelerada.

El conocimiento científico otorga al hombre capacidades para analizar e interpretar los fenómenos a los que se enfrenta, lo que unido al dominio de las tecnologías permite la solución de los más diversos problemas, tanto en el plano profesional como social.

Ante esta realidad, la Universidad como actor clave del progreso social y fuente generadora de conocimientos científicos, tecnologías e innovación no puede estar ajena. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué se debe hacer desde el ámbito de la enseñanza superior para poner la ciencia, la tecnología y la innovación al servicio del progreso social?

Esta respuesta la encontramos en los procesos de docencia, investigación y extensionismo que se llevan a cabo en las instituciones de la enseñanza superior; los que han de estar orientados al logro del progreso de la nación, los territorios y la localidad.

En tal sentido, se deben implementar carreras que doten al futuro profesional de una sólida formación científica, tecnológica y humanista, donde la responsabilidad social sea la clave del empleo de la ciencia, la tecnología y la innovación; con la misma intención se han de ofertar cursos de post grado, seminarios, talleres y otras actividades de perfeccionamiento y actualización a los profesionales en ejercicio.

De igual forma, los proyectos de investigación han de estar direccionados al servicio de la comunidad y a la solución de sus urgencias. También, es necesario brindar asesoría técnica y acompañamiento metodológico a las organizaciones, instituciones y empresas para el empleo eficiente de la ciencia y la tecnología. Se deben crear espacios de cooperación, trasmisión de conocimientos científicos y transferencia de tecnologías que faciliten el cumplimiento de las políticas territoriales y estimulen la eficiencia económica a través de la innovación en los procesos de producción y de servicios, en la búsqueda de la sustentabilidad del desarrollo territorial y local.

Asimismo, a través de la gestión extensionista universitaria, con el apoyo de los medios masivos de comunicación tradicionales, las redes sociales y otros canales virtuales de divulgación, se debe prestar atención a la formación de una cultura científico-técnica en la ciudadanía.

Por último, es necesario enfatizar que, para concretar estas acciones, la Universidad ha de establecer alianzas con los gobiernos y entidades locales, donde la agenda del desarrollo local sea la prioridad y esté soportada en las aportaciones de la ciencia, la tecnología y la innovación, convirtiéndolas en verdaderas herramientas de progreso social.

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