Tres discursos opresores de la realidad sobre el paro nacional
Por: Fernando Uyaguari
Licenciado en Educación y miembro de CES-AL, Cuenca (Ecuador)
«La prensa es la artillería de la libertad». Hans Andersen
El paro nacional del 2022 terminó el último día de junio, por medio de un acuerdo entre la CONAIE, FENOCIN, FEINE y el Gobierno Nacional, mediado por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Inmediatamente algunos medios de comunicación infestaron sus trincheras periodísticas de artículos de opinión -muchos de estos- clasistas, ofensivos, peyorativos, despectivos y elitistas. Los llamados letrados usan sus palancas para instaurar odio y persecución al Movimiento Indígena, especialmente, al Sr. Leonidas Iza y a sus simpatizantes. En este sucinto texto se analizará el criterio de tres articulistas sin revelar sus nombres y su afiliación a fin de evitar malentendidos.
El primer escrito llega de Norteamérica, con un título injurioso que asevera la debilitación de la democracia y la aparición del castrochavismo en el Ecuador. Debido a que el socialismo del siglo XXI derroca gobiernos a través de reclamos, lo cuales ocultan la violencia y paralizan al país para tomar el poder. De hecho, la idea principal del artículo radica en recapitular los golpes de estado en Latinoamérica y asienta la moción de que muchos de estos serían financiados por las FARC, ELN e instituciones militares.
Por esas razones y al terminar de leer el texto, se deduce la falta de empatía a los grupos sociales, puesto que se omite las razones de las movilizaciones, la negligencia del Presidente y el abuso ejercido por los llamados defensores de la justicia (policías). Lo vivido durante 18 días no está en las líneas del artículo, más bien, se identifican lúgubres frases a un líder presidencial ausente de sus responsabilidades. Un último elemento trascendente y valioso de retomar es el Foro de Sao Paulo, un encuentro calificado como mafioso.
En ese mismo orden de ideas aparece el segundo texto, curiosamente enviado del mismo lugar que el primero. Por esta razón, el contenido es similar, es decir, conecta los hechos suscitados en el paro con asociaciones guerrilleras e, inherentemente, con el Foro de Sao Paulo. Incluso, precisa que los clercs (idiotas útiles) están detrás de todo, porque asentaron el concepto del neoliberalismo, definieron quiénes son los héroes y villanos de las contiendas sociales y buscan que el Sr. Iza asuma el poder del Estado ecuatoriano.
Infundir una noticia de ese tipo provoca dos cosas: prejuicio y racismo. El pueblo ecuatoriano, construido con base en la rebeldía frente a la coyuntura, demuestra sus principios, de tal manera que, retrata calumniadores. A pesar de ello, su lucha queda manchada. En cambio, los politiqueros disfrazan la verdad bajo el peyorativo “clercs”, dado que prefieren un individuo sumiso y pasivo. Incluso, les conviene despilfarrar los recursos con el objetivo de hacer paraísos fiscales, sino pregúnteles a los investigadores de Pandora Papers.
Por otra parte, el último artículo es la cereza del pastel. Para suerte del lector queda descartado la participación de los guerrilleros, por ende, los causantes estarían más cerca. Lo sucedido en el mes de junio es culpa de los asambleístas y de los asesores del Presidente. Así, los verdaderos responsables se parecen a los personajes de las caricaturas en blanco y negro, piensan que nadie los observa. Eso sí, repiten sus actos una y otra vez hasta convertirse en los héroes de su propia historia.
A partir de todo ello, la verdad absoluta está segregada, por el hecho de que algunos perciben algo y otros ni la aceptan. La lectura y, sobre todo, el análisis crítico de artículos de todo tipo es un ejercicio útil para entender los problemas del mundo. Una minoría de escritores evade los hechos, vaya a saber por qué lo hacen. Ello provoca una dicotomía riesgosa que enfrenta a ciudadanos entre sí y el respeto en las redes sociales está perdido. Por lo tanto, una opinión acertada estará edificada en la imparcialidad y en la objetividad.
Para concluir, los tres escritos mencionados infunden mentiras y oposiciones hacia las movilizaciones del pasado mes de junio. Entender la paupérrima gestión política de estos meses es una manera de alzar la voz y los llamados periodistas tienen la labor de contar los hechos verazmente. La moralidad rompe las injusticias, logra que la gente sea empática y asuma la corresponsabilidad. Cumplir con este principio orienta a descubrir a los maleantes disfrazados de periodistas y de políticos.
Distopía: humo, bombas, perdigones, balas, golpes, persecución; abusos, vejaciones, sangre, inclemencia, hostilidad, muerte; cámaras que filman adoquines y vidrios rotos, espectadores que marchan contra en vandalismo; ambos bandos que hacen de las suyas; el pueblo indignado que pinta una raya más al tigre; analistas que informan de millonarias pérdidas; al fin, como si nada, nada ha pasado. Todo bien.