Es difícil “resistir” y ser mujer
Por: Mgs. María Eugenia Torres Sarmiento
Comunicadora Social y Gestora Cultural del Cañar (Ecuador)

De la Antología “Letras desde el Encierro, Resistir, Decir el mundo 2021”
Cuando pesa toda una vida sobre tus hombros…, si porque tu género es hembra; si porque tu condición de mujer es criar hijos – bendición y milagro-; ser excepcional en casa y trabajar incesantemente, porque “entre dos manos se lavan la cara”.
Qué absurda mentira, disfrazada de “equidad”. Entonces… ¡Hay que resistir¡
He vivido más de cinco décadas, y en cada una de ellas he saboreado la punzante inequidad. Ahora, en el siglo XXI, tampoco puedo decidir sobre las honduras de la vida, cuando la crisis global aniquila por el inefable coronavirus, que más que bienaventuranzas, a unos da vida y a otros mata, atados a una mueca de desesperanza. Pero en lo que a mí respecta – flor a la que toca el tiempo-, me ha deteriorado, porque soy la que afronta la esquina mayor de la carga de trabajo, las angustias y necesidades de mis hijos, de mis alumnos, que despiertan en mis sueños y están sobre mis hombros.
Entonces, ¿debo seguir resistiendo? Ahí, recién viene a mi memoria, la antigua traza de la Eva Mitocondrial, de cuya descendencia vengo… y vengo también, y que resistió las inclemencias del tiempo y de la vida, guerrera aguerrida por sus crías y críos y ejemplo de lucha para las mujeres del “veinte-veintiuno”, que iluminarán la historia: enfermeras, doctoras, maestras, policías, bomberas y todas aquellas de rol protagónico, que han perpetuado el significado de “hacer rostro”, “salir al encuentro” de un nuevo mundo: con nuevos bríos, nuevas promesas, es decir “RESISTIR” , como resiste la esperanza.