Pintor anteño Marco Terán

Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Quito (Ecuador)

Maestro, artista y pintor, Marco Terán, de Antonio Ante, Imbabura.

Tiene su Taller de Arte, en la Parroquia urbana de Andrade Marín, del cantón Antonio Ante. Sus obras pictóricas tienen la influencia del volcán Tayta Imbabura y de su exuberante naturaleza en sus faldas y valles.

Sus obras son fantásticas y tienen fragua impresionista, a más de una visión de del surrealismo andino. Es un pintor nacido en San Roque y establecido en Andrade Marín, que ha recogido toda la riqueza de la cultura anteña. Nuestro pintor, tiene otra vertiente en sus lienzos, como que está pintando lo escrito por el escritor Gabriel García Márquez, es decir, obras de realismo mágico, como pintar el alma de una mujer desnuda, de hermosura incomparable y con el alma en sus ojos. Que bueno también manifestar a los lectores, que nuestro artista deja impresionado a su público cuando hace exposiciones, porque de la naturaleza pinta verdaderos santuarios, lugares en donde confluyen la naturaleza generosa y fértil y los animales, a los cuales también les ha dotado de alma.

Impresiona su obra y su persona, ya que su sencillez queda de recuerdo, al igual que los recuerdos que tenemos del pintor imbabureño Gilberto Almeida.

Su obra, realmente, es incomparable, porque su estilo es producto de su renovada inquietud por la magia de la naturaleza recorrida en dimensiones antes no vistas.

Gustavo Báez Tobar, dice sobre el pintor lo siguiente:

“Marco Terán tempranamente develó sus inclinaciones, se descubrió a sí mismo y encontró el camino que le esperaba en la vida. Despertó en otra atmósfera de aire más soberbio que muy alto le llevaría. Descubrió sus alcances y sus vuelos. Ascendió con sus propios impulsos en la búsqueda de sus niveles de inspiración; llegó a la altura de sus sueños. Es un autodidacto, nacido en la pintoresca parroquia de San Roque, al pie del Imbabura; de ese coloso andino extrajo -de lo más hondo de sus raíces- el fuego y el sabor para plasmarlos en sus cuadros fantásticos y exclusivos”.

Nuestro pintor, tiene realmente un futuro promisorio, porque en medio de la pandemia seguía trabajando y dejó sabias enseñanzas en sus lienzos, para la conservación de los santuarios.

Destacados críticos de arte como Inés Flores, José Villarreal Miranda y Marco Antonio Rodríguez se refieren, con mucha solvencia y estéticos enfoques, tanto al contenido como la estilística de la obra de Marco Terán, de quien Rodríguez, se pronuncia así:

Terán es ser humano torturado y sencillo, reticente y familiar, rezuma sencillez y transparencia, el aire incontaminado que envuelve el espacio donde vive y trabaja parece haber modelado su personalidad. ¿El artista es alguien extraño, singular, único? El artista, el verdadero artista -y Marco Terán lo es-, es aquel que crea mundos distintos pero arrancados de su realidad de su contexto social. Y lo hace porque no tiene otra opción en la vida: condena y liberación. Paradoja extraña e insólita a la vez”.

Marco Terán toma de su pasado -de nuestro pasado- sus refundidos ancestros, la cosmovisión andina a la que nos pertenecemos; y él lo hace con primordial orgullo, crea imágenes, máscaras de extraña presencia, con exóticas cabelleras y florecidos colores que estallan de alegría y refulgencia, para crear emoción estética: propósito supremo del verdadero arte. Ha recorrido ya un largo camino, desde hace 35 años de constante actividad pictórica, con sus creaciones en acrílico, en lona, en madera. Ha participado en 30 exposiciones colectivas e individuales en algunas ciudades del país: Ibarra, Otavalo, Quito, Cuenca, Baños, en donde conoce y aprecia su obra. Con mucho acierto la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Imbabura, en el año 2012, le confirió la Presea “PILANQUÍ”.

El Centro Cultural Antonio Ante, lo tiene entre sus preclaros miembros; sus coterráneos, que tienen vivo interés de admirar su obra múltiple y variada: sus esplendentes desnudos femeninos de recelosa doncellez, la naturaleza fragante, sus cuadros de alusión costumbrista y tótems que hablan, brillantes calcomanías y sugerentes mosaicos de su exclusiva geometría; todo, en exultantes colores y matices “ocres, blancos, púrpuras, amarillos, turquesas…”, en expresión de Marco Antonio Rodríguez.

Marco Terán, ya es un gran valor de la plástica nacional; esperamos de él muchas sorpresas de sus hermosas fantasías… Con sobresalientes artistas de esta valía necesitamos muchos más en la plástica, las letras, la música, la danza, para conformar con ellos un colectivo que limpie de violencia y sangre todas las patrias del orbe. Tenemos que repetir mil veces – y con resonante voz-, bienvenidas sean pinceles, plumas y colores, en todos los idiomas del Mundo, aquello que el inefable Neruda, lo dijo hace más de 50 años. Él pasó a la inmortalidad en l973. Nos legó muchos libros y poemas; entre ellos un pensamiento precioso, parece escrito ayer, y vale más que todo el oro del mundo:

“Y sigo creyendo en la posibilidad del amor. Tengo la certidumbre del entendimiento entre los seres humanos, logrado sobre los dolores, sobre la sangre y sobre los cristales quebrados”.

Y como sentenció Fedor Dostoyevsky: “Solo la belleza podrá salvarnos”.

Marco Terán.

DE LA SERIE SANTUARIOS

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