Ruido Blanco

Por: Francisco Carrasco
Miembro de CES-AL, Cuenca (Ecuador)

*

La torrencial ansiedad de no encontrar ideas

o palabras que ayuden a cavar la tumba,

de pensamientos ahogados por la perpetua espera

de ser reconocidos, por voces lúgubres y pestilentes

*

Los gemidos entre cortados de un llanto oxidado,

llenando los campos, de cabezas degolladas

mientras las flores se bañan con sangre inocente,

y ahí me encuentro gritando en soledad

*

Amor, que no llego a oídos correspondidos

ultrajaron los deseos de un perdido caminante

que ahora, lo ves embriagado de vacío,

gritando por las calles de una ciudad que lo olvidó

*

¡Ay! si supieran como se siente el abrazo de la oscuridad

no estaría escupiéndome al rostro, ni pasando de mí

ya es muy tarde para escuchar un perdón,

ya ni los demonios ruegan por mi resurrección

*

Destinado al rechazo, apartado de quien alguna vez fui

voy hundiendo cada gota de sanidad que resta de mí,

y así alcanzar la máxima esperanza, de no estar más aquí.

*

De los árboles emana esa voz rasgada y burlona

gritando ¡Cobarde, no tienes donde huir!

la desesperación engullendo el pellejo de mis dedos,

y, esa oscurecida sangre goteando y manchando el suelo

*

¿Ahora dónde podré recostar mi nuca?

el único hombro que tenía, lo despaché en un momento de ira

se perdió la luz entrañable de la mañana, y ahora que sale el sol

vivo en bucle, como conejillo de indias

*

Fugaz momento de lucidez, recuerdan a esas damas del soleado valle

sin embargo, por la tiranía del alcohol, se entumece mi conciencia

y vuelvo a ser carne para el matadero, ni eso… carne desechada

mis piernas acalambradas por tanto esperar, el regalo de un extinto Dios

*

Mi voz recitando huesos y cenizas, esfumándose en el nocturno viento

dedos esqueléticos y con olor a alquitrán, atrayendo a pesadillas

que serán ejecutoras de mis últimos rastros de humanidad

*

Hasta la locura se alejó del paisaje, vio a ser tan triste y sombrío

que prefiero escapar, y encontrar lugares coloridos

un cuerpo blanco en la esquina, con ojos vacíos

acosando y juzgando con su mirada, con carcajadas se burla de mi existencia.

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