¡Ante el temor, respondemos todas!
Por: Karla Calle Álvarez
Todo surge el pasado viernes 8 de abril en la noche y la madrugada del sábado 9 del presente año con otra víctima del famoso femicidio, mal de estos últimos tiempos. Es asombroso el número de mujeres que han sido violentadas por la sociedad patriarcal por su género. Por este tipo de situaciones resulta indignante conocer que las mujeres seguimos siendo víctimas de múltiples formas de acoso y aún no logramos detener estas prácticas arcaicas referidas a la violencia contra la mujer.
Aquel fatídico viernes, en México, como cualquier muchacha que con algarabía y viveza salió en el transcurso de la noche a una fiesta con sus amigas, la alegría tomó una oscura forma de tristeza y desesperación. La velada aparentemente estuvo buena. El problema surge cuando tenían que marcharse, pues Debanhi, no fue vista con vida de nuevo. Varios medios, sobretodo en redes sociales, informaron que las amigas de esta joven la abandonaron y decidieron mandarla en un taxi de confianza para que la llevara; sin embargo, nadie sabe lo que ocurrió verdaderamente. Según el taxista, esta muchacha decidió bajarse en medio de una carretera funesta; no obstante, son solo especulaciones, ya que no se ignora qué mismo fue lo que pasó, lo cierto es que Debanhi no llegó más a casa…
Los padres, familiares, amigos actuaron de inmediato y enseguida armaron brigadas de búsqueda en conjunto con autoridades, teniendo siempre la esperanza, amarga esperanza, de encontrarla con vida y que regresara sana y salva a casa. Pero las cosas no se dieron. Al pasar angustiosos días, el viernes 22 de abril en horas de la noche indistintos medios de comunicación informan que la chica, Debanhi, fue encontrada sin vida dentro de una cisterna de un motel, cerca de donde decidió bajarse del taxi.
Es aquí donde me cuestiono ¿Es justo tener que vivir situaciones como estas? ¿Es justo que con el simple hecho de ser mujeres tengamos tener miedo y debamos sentirnos atemorizadas? ¡¿Verdad que no?! Como mujer pienso y no puedo responder al centenar de preguntas que surgen en mi cabeza al leer fatales noticias como estas día a día. Mucha gente al ver esto piensa e incluso dice ¨Las amigas tuvieron la culpa¨, ¨Las mujeres son noveleras¨, ¨No es la primera vez que pasa esto¨, ¨Le dan mucha importancia a este caso¨. Pues no, no es así. En primera, porque me consterna que la muchedumbre se alerte más al ver que las amigas la abandonaron y tratar de buscar a culpables cuando es el femicidio el centro de este maldito problema. No debemos dejarnos llevar por la misoginia, ya que ante ninguna situación deberíamos sentirnos en peligro por ser mujeres. No les justifico a las amigas el haberle dejado, pero seguro no estaba en la mente de ellas que esto terminaría mal. Por otro lado, no es que seamos noveleras, ni que exageremos, sólo que ya estamos cansadas de palpar tanta violencia de género. Estamos hastiadas, asqueadas de este constante problema. Afortunadamente, a día de hoy, todo el mundo está conectado y nos podemos enterar de lo que acontece gracias a las redes sociales que ayudan a que esta lucha contra el femicidio y la violencia de género, de a poco, se vaya erradicando, no solo en un país, sino en todo el planeta.
Es por esto que ante este hecho suscitado todo el mundo levantamos la voz y exigimos justicia porque no solo se trata de Debanhi; por el contrario, son millares de mujeres que diariamente mueren a causa de femicidios y sufren vejaciones. Valga esta oportunidad para hacernos escuchar como mujeres, porque si tocan a una, ¡¡¡Respondemos todas!!!