Universidad-Empresa en el contexto de la Covid-19

Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)

A finales del año 2019 una nueva variante del coronavirus, el SARS-CoV-2 causante de la enfermedad Covid-19, aparece en la localidad china de Wuhan; rápidamente este nuevo virus, uno de los más invasivos de esta familia, se propagó por el mundo.

En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró la situación sanitaria como pandémica; ante esta alarma los gobiernos de todas las naciones adoptaron medidas preventivas de cuarentena, circunstancia que propició una de las peores catástrofes económicas por las que ha atravesado la humanidad.

La economía ecuatoriana también ha sufrido los efectos de esta pandemia, el confinamiento paralizó las actividades económicas del país, acrecentando la ya maltrecha economía producto de la deuda externa e inestabilidad política y afectando significativamente la lenta recuperación económica que se venía dando después del paro nacional de octubre del 2019. Según el Banco Central de Ecuador, entre marzo y diciembre de 2020 existió una caída en el PIB del 6,4%; con una pérdida de USD 16.381,7 millones en el sector productivo.

Ante esta situación corresponde a la Universidad estrechar los vínculos con el sector productivo en la búsqueda de alternativas efectivas. La relación Universidad-Empresa debe ser concebida como una herramienta estratégica para el desarrollo socio-económico de la nación; partiendo de considerar que este progreso se hace realidad y se concreta en las localidades, cantones y provincias.

De aquí la importancia de la Universidad como actor clave para la generación de acciones estratégicas que partan del análisis de las dimensiones económicas, demográficas y sociales en su espacio de actuación y donde el ser humano sea el principal sujeto del y para el desarrollo.

Desde esta perspectiva, la capacitación del capital humano (técnicos y profesionales que demanda el sector empresarial) es un requisito indispensable para alcanzar el desarrollo de las empresas y el progreso socio-económico; por lo que, los actuales espacios formativos universitarios deben responder a la nueva realidad pos-pandemia, seleccionando y aprovechando las experiencias positivas derivadas de las alternativas emergentes utilizadas.

La preparación de los empresarios ha de estar en función de la dinamización del progreso socio-económico local y a favor de la cultura económica empresarial. Este proceso tiene su fundamento en los problemas locales que constituyen el punto de referencia para la formación de pre, postgrado y cursos de entrenamiento.

Urge impulsar la actividad investigativa para incorporar nuevos conocimientos y avances tecnológicos a los procesos productivos y de servicios. Hoy más que nunca, se debe fortalecer el vínculo Universidad-Empresa y convertir las instituciones de la enseñanza superior en el centro de innovación territorial por excelencia.

Es impostergable reactivar esta relación y direccionarla a solucionar los actuales problemas de la economía empresarial mediante la implementación de los resultados de las investigaciones de desarrollo e innovación, los servicios científico-técnicos, la transferencia de tecnologías y promoción de la colaboración empresarial, entre otras acciones; de esta forma, también se estará tributando a la superación de la crisis económica generada por la Covid-19 y al desarrollo socioeconómico local y global.

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