La formación ética en la Enseñanza Superior
Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)
Hoy vuelvo mis pasos sobre la formación ética, tema que no por tratado pierde su vigencia e incluso, a mi entender, a veces olvidado y dejado en un segundo plano en las instituciones de la enseñanza superior.
¿Por qué digo esto?, en ocasiones los profesores universitarios nos centramos en la formación académica de nuestros educandos, descuidando los aspectos relacionados con la dimensión axiológica del proceso formativo.
Sé que muchos consideran que este es un asunto de la familia y la enseñanza general. Otros dirán que mediante la impartición científica de los contenidos curriculares se contribuye a la formación de los valores éticos de la profesión y que la conducta del profesorado es fuente de valores personales y profesionales a imitar por los estudiantes.
Si bien esto último es cierto, no se puede dar la espalda a la realidad actual del mundo, caracterizada por el incremento de la violencia de todo tipo, la injusticia social, el consumo de drogas, el tráfico de personas, el fraude de políticos corruptos y la pérdida de los valores culturales autóctonos a causa de la globalización y de las políticas hegemónicas de algunos países desarrollados, entre otros males; contexto no muy distante al de la sociedad ecuatoriana.
En medio de esta crisis de valores corresponde a la universidad articular de manera intencionada sus procesos sustantivos, no limitando su accionar en la formación ética profesional de los estudiantes a los salones de clase; es necesaria la relación directa con los fenómenos que acontece en el ámbito sociocultural y la aplicación de la investigación científica a la búsqueda de soluciones a las urgencias sociales como parte de la educación en valores.
Es necesario que la formación ética sea implementada de manera transversal, alineando la docencia, la investigación y la extensión de forma tal que, estos procesos se integren, refuercen y complementen en el logro de un propósito común. Este proceso debe ser intencionado, sistemático, interdisciplinar y holístico, direccionado a la formación de la personalidad de los futuros profesionales mediante la integración de los aspectos curriculares, extracurriculares, investigativos y extensionistas; teniendo presente que, no se puede separar la formación profesional de la formación cívica del futuro egresado.
Por otro lado, la figura del profesor universitario debe ser un modelo de profesional, de ahí la necesidad de que posea sólidos conocimientos, habilidades pedagógicas y profesionales específicas; así como, valores éticos que le permitan dilucidar desde una postura reflexiva, crítica y argumentativa sobre los problemas éticos que surgen durante el trabajo académico y que obligan a la toma de decisiones oportunas en cuestiones que suscitan el desequilibrio entre los intereses individuales y los colectivos, la norma y la autoridad del poder, y los afectos y la justicia. Como vemos, los docentes también nos encontramos frente a dilemas éticos, de aquí, la importancia de contar con una sólida cultura en la que la formación ética, cívica e integral sea uno de los atributos que nos caracterice.
De esta forma, la Universidad podrá formar profesionales competentes con rigor científico y ético, tributando ciudadanos responsables, justos, amantes de la paz y comprometidos con la sociedad.
Me gustó este tema estimado colega, yo he sido profesor de Ética Profesional durante 10 años en la Universidad y experimentaba la poca importancia que se daba por parte de las instituciones educativas, por parte de los estudiantes y de los docentes, se decía que los valores se impregnan en la casa, y la conducta ética se forma en la familia, pero nunca dejé de enseñar ética personal, social, ambiental, profesional, empresarial, periodística, etc; lo cierto es que la academia debe fomentar la enseñanza, reflexión, práctica ética en sus instituciones, como filósofo creo que hoy más que nunca se debe optar por esta asignatura venida a menos, que buena rentabilidad traera a nuestro país, felicitaciones maestro.