El debate académico como vía para desarrollar el pensamiento crítico en los estudiantes universitarios

Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)

Es frecuente escuchar a los profesores universitarios, principalmente de los primeros años académicos, lamentarse de las insuficiencias argumentativas de sus estudiantes, de la falta de habilidades de estos para fundamentar y defender sus ideas, así como para rebatir y criticar las contrarias, desvelando el limitado desarrollo de un pensamiento crítico.

Tal es la importancia que se le concede al pensamiento crítico en el ámbito de la enseñanza superior que se han llevado a cabo múltiples investigaciones, por parte de especialistas y pedagogos, sobre el debate académico como recurso de influencia en la formación de personalidades autónomas, reflexivas y críticas.

Sin embargo, y a pesar de estos estudios, no deja de ser un asunto de interés y actualidad que amerita su análisis, toda vez que aún en la práctica son escasas las experiencias sobre los espacios formativos donde se utiliza el debate académico como recurso didáctico de manera sistemática, dado en ocasiones por el limitado conocimiento de algunos docentes sobre su valor didáctico para la construcción de conocimientos y desarrollo de habilidades del pensamiento crítico; situación que motiva esta reflexión.

El ejercicio sistemático del debate académico desarrolla en el estudiantado universitario la capacidad de análisis crítico y reflexivo de la información relativa al objeto de discusión desde diferentes perspectivas, para así ser transformada en conocimiento. Para esto se requiere de una previa y profunda auto-preparación del tema en cuestión, es importante que el estudiante recaude una amplia información que le permita el debate desde una postura crítica y argumentativa, fundamentada en datos, hechos y evidencias.  

De esta forma, se logra un aprendizaje significativo y duradero, se contribuye a mejorar las destrezas de la expresión oral y escrita; así como, al desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico, como la reflexión, el análisis, la síntesis, la interpretación, la crítica, la lógica, la autorregulación, la explicación y la argumentación. Además, favorece el fomento de valores éticos, el trabajo cooperativo y la toma de decisiones mediante el análisis de las diferentes alternativas de solución a los problemas.

Un factor decisivo en este empeño es la capacitación del profesorado sobre procedimientos y técnicas que faciliten el empleo del debate académico como recurso didáctico en las diferentes formas de organización del proceso de enseñanza-aprendizaje con un carácter interdisciplinar integrado al currículo, así como en actividades extraclase. En este sentido, pueden ser empleados encuentros de conocimientos, paneles, concursos, etc. y técnicas como la controversia académica estructurada, el debate estilo torneo, los mapas de diálogo basados en evidencias y la discusión científica.

Pero, resulta importante la capacitación de los profesores universitarios, es también necesario establecer una adecuada articulación de la enseñanza superior con la enseñanza general básica; esto requiere la superación metodológica de maestros de este nivel educativo para que desde los primeros años de la vida escolar se comience a estimular en los alumnos el razonamiento, la reflexión, la crítica y la argumentación a través de metodologías y actividades adecuadas a la edad de estos.

Solo así podremos tributar a la sociedad un profesional y ciudadano crítico capaz de tomar decisiones consecuentes con la transformación y desarrollo del país.

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