¿Cómo ser padre en la era digital?
Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)
Hace unos días un joven matrimonio amigo comentaba sobre las habilidades tecnológicas de su pequeña hija de apenas tres años de edad, se ufanaba de cómo es capaz, sin saber leer, de manipular el móvil, la computadora y la tablet para interactuar con los juegos, lo que la mantiene entretenida por un largo tiempo. Situación que motivó la reflexión sobre el rol de los padres en la enseñanza de los hijos en un ambiente digital.
En el actual contexto digital en que crecen nuestros niños es una necesidad impostergable ayudarlos a aprender cómo hacer un adecuado uso de las tecnologías. Al igual que nuestros padres y abuelos nos enseñaron a pasar el tiempo con los juegos de mesa o coloreando las figuras de los cuadernos de dibujos, hoy nos corresponde acompañar a nuestros hijos en el aprendizaje de los novedosos dispositivos que la innovación tecnológica pone a nuestra disposición.
Ahora bien, es un hecho comprobado por la ciencia que, el mal uso de esta tecnología y la larga permanencia frente a las pantallas de los dispositivos digitales pueden acarrear serios problemas en la salud física y emocional de los niños y adolescentes.
Muchos padres haciendo caso omiso a las advertencias de los pediatras utilizan estos dispositivos para entretener y tranquilizar a los hijos por un lapso prolongado de tiempo y así poder realizar sus tareas sin preocupación; se olvidan que existen otros recursos que ayudan a controlar la conducta y emociones de los menores.
Si bien es cierto que, los actuales sistemas educativos no pueden estar ajenos a la enseñanza de las tecnologías y en uso de ellas como respuestas a las exigencias de la sociedad, que demanda ciudadanos capaces para interactuar en un mundo cada vez más globalizado y que el desarrollo de habilidades para la usanza de estas herramientas en edades tempranas proporciona mejores condiciones para enfrentar la vida escolar; por otro lado, su mal empleo ocasiona el efecto contrario al deseado; por ejemplo, su abuso para el cálculo aritmético produce la pérdida de esta habilidad en los escolares; esto demuestra que las tecnologías no son el problema, sino cómo son empleadas.
Sobre el tema surgen múltiples preguntas, entre ellas: ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a vivir sanamente en un ambiente tecnológico?
En primer lugar, es necesario que los padres busquen información actualizada sobre los beneficios y desventajas del empleo de las tecnologías, para sobre este conocimiento poder planificar la vida de sus hijos. Asimismo, es oportuno establecer límites y horarios para el empleo de estos recursos de forma racional; controlar para qué utilizan estas herramientas, con quién se comunican, qué sitios visitan, qué publican, etc.
También, es importante enseñarles a desarrollar otras tareas libres de las tecnologías, realizar actividades conjuntas con ellos para compartir experiencias de vida, durante las comidas y reuniones familiares no permitir el uso de los móviles, así como realizar actividades físicas y deportivas. Siempre debemos recordarles que el uso de estas herramientas constituye un apoyo para la vida, pero no son el objetivo; por lo tanto, la tecnología es un medio y no un fin en sí misma.