Entrevista a Jacqueline Murillo Garnica
Por: Mateo Sebastián Silva Buestán
Apenas iniciado octubre del presente, la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tuvo el grato placer de presentar el libro ¨Semillero Escrituras Creativas¨. Mencionado evento, de proyección internacional, juntó a gentes de diversas latitudes del globo terráqueo en un enriquecedor encuentro de nacionalidades y culturas. Dicha obra, coordinada por Jacqueline Murillo Garnica, corresponde a un conjunto de treinta y seis textos literarios -narrativa, prosa y poesía- autoría de casi una veintena de jóvenes escritores oriundos de República Dominicana. ¨Semillero Escrituras Creativas¨ tiene sus raíces en San Pedro de Macorís, nace como una actividad abierta, voluntaria y con el propósito de involucrar a los universitarios en el mundo de las letras. A continuación, Jacqueline nos comenta acerca de este muy interesante proyecto.

Antes de convertirse en libro, ¨Semillero Escrituras Creativas¨ era –es– un taller de lectura y escritura ¿Cómo surge este proyecto?
En un comienzo empezamos con mis estudiantes, en septiembre de 2018, ante mi invitación a conformar un grupo de escritura. El grupo comenzó con 6 asistentes y recuerdo que el primer ejercicio de escritura tuvo origen en un árbol que se convirtió en emblema, porque fue el único que quedó en pie en un huracán que azotó la isla. Me interesaba conocer qué les representaba, cómo fue la experiencia de cada uno con este fenómeno, qué les transmitía ese árbol allí en uno de los patios del Recinto Juan Vicente Moscoso (JVM). Ese ejercicio fue la primera inspiración para estos integrantes. Ya luego se fueron sumando más estudiantes y religiosamente asistían a los encuentros. Sentí la necesidad de darle un norte a este grupo de talleristas; se divulgó en el Recinto JVM que había un taller de escritura, la difusión se hacía invitando a que asistieran. Así se fueron sumando más estudiantes y empecé a clasificar los textos que iban escribiendo, de tal manera que la prosa y la lírica fueran dos vertientes que se exploraran y empezamos a trabajar a partir de estas creaciones. Esa ha sido la historia que comenzó con un taller de escritura para convertirse en un semillero de escrituras creativas.
¿Quiénes son los semilleristas?
Son estudiantes del Recinto Juan Vicente Moscoso, sede ubicada en San Pedro de Macorís, del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (Isfodosu), en República Dominicana. Hoy por hoy, se cuenta con egresados del mismo recinto, que en sus comienzos eran estudiantes en curso.
¿Qué actividades se han ido desarrollando con este grupo de jóvenes universitarios?
Establecimos la necesidad de visitar otros recintos ubicados en la isla, como las sedes de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros. Para nosotros ha sido relevante que nuestro semillero pueda expandirse a los demás recintos del Isfodosu, así que en nuestras cuatro visitas se realizaron talleres con los estudiantes de algunos cursos, previa coordinación con los colegas de sus clases, y fueron los mismos semilleristas que impartieron estos talleres. En la sede de Santo Domingo, el recinto Félix Evaristo Mejía, surgió un grupo que durante casi un año sostuvimos intercambios narrativos. Esto fue antes de la pandemia. Ya en plena efervescencia del Covid seguimos reuniéndonos de forma virtual, como hasta la fecha. El año pasado, hicimos parte del Congreso de Buenas Prácticas que se realizó en la sede de San Pedro de Macorís. Esa actividad también fue virtual.
¿Qué le motivó a llevar a sus estudiantes a la publicación?
Creo que el reconocimiento de todo el potencial de los estudiantes, que incluso algunos de ellos no lo estimaban, fue la génesis para proyectar el semillero. En las clases de literatura infantil y literatura universal a finales de 2018, empezamos a crear algunas actividades que giraron en rededor de la escritura y de las artes escénicas. Identifiqué una riqueza importante en la cultura oral, la narrativa a flor de piel de algunos de los alumnos, ciertas cualidades que podrían ser impulsadas a través de la escritura. Así que empecé con la promoción en las clases de que asistieran a las reuniones, y fue de esta manera que empezaron a mostrar interés en asistir a los encuentros, todos los martes de 5 a 7 de la tarde, en el recinto.
¿Qué supone ser la coordinadora de esta obra?
Supone el amor y el compromiso de perfilar en la escritura creativa a un grupo de estudiantes que han tenido el interés por el ejercicio de la escritura. Ha requerido de un acompañamiento: primero para reforzar aspectos de la gramática y algunas temáticas en torno a la literatura, luego la relación del contexto con la sensibilidad y, por último, plasmar estas impresiones en el papel. La disciplina y constancia por parte de los semilleristas ha sido fundamental para que el semillero siga germinando. En resumidas cuentas, es lo que debemos hacer los profesores identificar talentos y catapultarlos.
¿Cuáles son las principales temáticas que se abordan en los textos de los chicos?
El amor, el desamor, el cariño por el terruño, la cotidianeidad con sus matices, la añoranza, las experiencias vividas, el arraigo cultural y el profundo sentimiento de registrar toda la sensibilidad que produce el paisaje dominicano.
¿Qué significa esta compilación de narrativas para San Pedro de Macorís?
Significa ser pioneros en las letras macorisanas, también un tributo a la patria chica, el reconocimiento de los lugares comunes y el trasegar de los días que pasan y que se registran en la escritura. Creo que hemos abierto una puerta con la creación escritural de los jóvenes universitarios de San Pedro de Macorís y, por ello, debemos seguir con esta práctica.
¿Cómo dar mayor salida al libro publicado?
Necesitamos que la comunidad local y nacional conozca lo que se puede generar a partir de las aulas, que este producto narrativo sea leído y reconocido como un logro y como un testimonio de las capacidades creativas de los jóvenes. Creo que el Isfodosu pudiera dar alcance a una publicación en papel de este libro que la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina nos ha honrado con hacer realidad este sueño que empezó hace tres años.
En el lanzamiento del libro se le nombró, cariñosamente, como ¨la profe inquieta¨. Pese a las adversidades ¿Qué le impulsó a no tirar la toalla?
El conocimiento de las capacidades de los semilleristas, la riqueza en la oralidad, su interés y disciplina por la escritura. Estos ingredientes fueron el motor que me impulsaron a continuar con la posibilidad de hacer visible las obras de los integrantes del semillero. Soy consciente que este proyecto que en un comienzo parecía incipiente fue creciendo, y vi la necesidad de materializar estos escritos en un libro que consagrara estas obras como estímulo para los semilleristas y ejemplo para futuras apuestas creativas.
¿Cuál es el futuro del Semillero? ¿Se espera un segundo volumen de escritos?
Tengo la férrea convicción en que este semillero sea el punto de partida para la conformación de más semilleros de jóvenes autores en otras sedes del Isfodosu y ciudades de República Dominicana. Aspiro que la institución de apoyo a este semillero con la publicación, como mencioné antes, de un libro impreso. De alguna manera debe ser impulsada esta actividad, y que no se quede en los salones de clase, debe ser extendida a otras instituciones como una forma de catapultar las capacidades de los estudiantes y respaldar los talentos de los jóvenes. Sí, esperamos tener una segunda publicación que consagre también otras manifestaciones del arte. Por ahora seguimos reuniéndonos en torno a la escritura.
¿Cuál es su concepción acerca del trabajo que viene realizando la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina?
La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, ha sido una luz y el gran puente que ha tendido para fomentar la cultura, las letras y, sobre todo, el conocimiento si ningún tipo de retribución económica. Su labor es titánica en tiempos de oscurantismo comercial, una joven editorial que hace gala a sus principios, su coherencia, es un aliento para todos los que nos hemos beneficiado de hacer parte de sus publicaciones. Es un ejemplo para Latino América, con la calidad editorial que les imprime a sus publicaciones. Una trayectoria prolija para una joven institución que encarna un pensamiento independiente y con una solvencia moral a toda prueba. Esta vez si no me equivoco, la Editorial ha vinculado a dos países latinoamericanos: República Dominicana y Ecuador en aras de promulgar la cultura y las letras con este producto del Semillero Escrituras Creativas.