Necesidad de la práctica pre-profesional en la educación superior

Por: Dr. Enrique Espinoza Freire, PhD
Universidad Técnica de Machala (Ecuador)

El acceso a una educación de calidad es un derecho de todo ecuatoriano; para lo que es necesario contar con docentes competentes en su desempeño profesional. Competencias que han de estar determinadas por la expresión práctica de los conocimientos, habilidades y actitudes en función del ejercicio de la profesión.

En tal sentido, como una de las funciones sustantivas en la formación profesional, el Reglamento de Régimen Académico en los artículos 89 al 95 establece que las instituciones de educación superior diseñen e implanten en sus diferentes niveles de formación las prácticas pre-profesionales. La que debe ser concebida como un sistema de actividades de aprendizaje direccionado a la aplicación del conocimiento y desarrollo de habilidades específicas de la profesión que, el estudiante incorpora de manera sistemática a su modo de actuación.

La práctica pre-profesional forma parte del currículo y se desarrolla en las instituciones educativas a lo largo de la carrera, con un fuerte componente de la investigación-acción, contexto donde el estudiante aprende y a la vez pone en práctica lo aprendido en las aulas; además, desarrolla las habilidades del pensamiento crítico y capacidades investigativas, generando nuevos saberes, técnicas, procedimientos y metodologías puestas en función de la innovación pedagógica; desde esta perspectiva la práctica pre-profesional se convierte en una poderosa herramienta de trabajo científico-investigativo con propósitos formativos.

No se puede olvidar que la práctica pre-profesional es un proceso formativo de competencias pedagógicas, científicas e investigativas, direccionado a la transformación de la realidad en los diferentes contextos educativos, a través del diagnóstico de la realidad educativa y propuestas de alternativas de solución a los problemas. Este ejercicio empodera al futuro profesional en el ejercicio de su profesión aportándole una visión holística de los procesos educativos.

Pero, para que la práctica pre-profesional cumpla plenamente con su cometido es necesario tener en cuenta, entre otros factores, el ambiente laboral donde se lleva a cabo la práctica. En este sentido, no siempre están creadas las condiciones en los centros receptores, con frecuencia se observa insuficiente claridad en los criterios formativos e inflexibilidad en la dirección de los procesos laborales que, hace traumática la incorporación del futuro profesional y el cumplimiento de su guía de actividades.

Otro de los factores determinantes del éxito de la práctica pre-profesional es el rol del tutor. Este debe estar debidamente entrenado, no solo para el monitoreo y control de las actividades del estudiante, sino también, para servirle de apoyo y guía; además, coordinar con la dirección de la empresa las acciones para el desarrollo de la práctica pre-profesional, tomar decisiones oportunas que garanticen el cumplimiento del plan de actividades del practicante y valorar de manera crítica la implementación y desarrollo de este proceso formativo con la intención de superar las limitaciones y falencias.

En síntesis, es primordial la práctica pre-profesional como espacio formativo y la necesidad de crear las condiciones en las instituciones de acogida para el apoyo a los futuros profesionales, de ahí la necesidad insoslayable del vínculo universidad empresa como entidades copartícipes de la formación profesional.

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