Capitalismo en extensión: economía verde
Por: Shirley Ruiz
FSMET Col-Lat, Costa Rica
Escuchaba de nuevo en estos días la canción “Idiotas” de Residente y una parte de la letra dice:
“La idiotez tiene sus puntos a favor
Es la única enfermedad en donde el enfermo no sufre
Excepto todos a su alrededor
Hacer buenas preguntas ayuda a que no sea contagiosa
La idiotez es colectiva cuando nadie se cuestiona las cosas”.
Tenemos muy claro que el sistema, la religión, la educación y todo lo que tiene que ver con el crecimiento intelectual y espiritual del ser humano, está hecho para formar “idiotas” a su favor.
Y es que cada día vemos como según la tendencia o los temas que se tratan en la cotidianeidad nos envuelven ya sea positiva o negativamente.
De ahí que podemos observar como cada día un tema que nos abraza a todos y todas, diferentes empresas, organizaciones y movimientos nos hacen creer que están colaborando o siendo parte positiva, pero detrás de sus movimientos hay todo un “mundo oculto” para sus intereses y beneficios.
Uno de esos temas es la “Economía verde”, lo que para bien o para mal, es un tema de actualidad y por diferentes medios escuchamos o leemos sobre el “Cuido del planeta, las crisis ambientales, etc.”.
Y pues obviamente “muchos”, no se pueden dar el lujo de quedar por fuera y mucho menos dejar de recibir ingresos a su favor, por lo que empezamos a escuchar también términos como: “Ecocapitalismo, capitalismo verde, capitalismo en extensión, economía verde”, etc.
Esto nos tiene que llevar a interminables cuestionamientos de parte de lo que el sistema nos quiere vender y ofrecer, porque volvemos al dicho de: “No todo lo que brilla es oro”
Entonces nos podemos hacer preguntas como:
Ecocapitalismo: ¿Se está salvando al planeta o realmente se está haciendo negocio con la salvación del planeta mientras lo seguimos destruyendo?
Capitalismo verde: ¿Puede realmente existir un “capitalismo verde contemporáneo” que sea compatible con la “economía verde”?
Capitalismo en extensión: ¿Realmente el “capitalismo verde” puede eliminar la desigualdad social y las relaciones sociales de la sociedad sin afectar una economía sustentable?
Economía verde: ¿Puede haber una verdadera lucha y sincera cuando las diferentes organizaciones “ecológicas” han aceptado y abrazado prácticas antiecológicas para sobrevivir?
Y así, podríamos re-plantearnos más preguntas y darnos cuenta que debemos traernos abajo ciertos paradigmas que nos llevan a repetir religiosamente discursos que a primera vista nos parecen convincentes pero que en su esencia nos demuestran que no es posible ni compatible una unión entre ciertos términos ya que el “capitalismo verde” es una etapa más de acumulación capitalista.
El término de “capitalismo verde” fue construido por los economistas tradicionales dentro de la economía ambiental, desde la década de 1970. Es un intento de combinar el crecimiento económico con el desarrollo sostenible, es decir, no imponer límites al crecimiento, la emisión de gases de efecto invernadero, la degradación ambiental sin limitar las ganancias y según la abogada socio-ambiental Larissa Packer, es una extensión del capitalismo, porque mantiene las mismas bases, en escala e intensidad, del modo de producción y consumo que produce escasez de recursos y exceso de residuos incapaces de ser metabolizados por el planeta.
Entonces, podemos decir que la “economía verde” no es una economía sostenible, ya que es más de lo mismo que se vive en sociedades capitalistas donde a través de diferentes empresas o instituciones nos hacen una propaganda y nos venden propuestas maquilladas de bienestar y beneficios al planeta y al final lo que producen son beneficios económicos para unos pocos y escasez y daños ambientales para el planeta y los que lo habitamos.
De ahí que empezamos a escuchar palabras como: “fracking” y donde por ejemplo en Pensilvania, las grandes compañías de gas le pagan a los campesinos x monto mensual para perforar sus tierras y sacar gas, al principio los convencieron con diferentes discursos de que era algo beneficioso y al pasar del tiempo se dieron cuenta de que esta actividad ha destruido el medio ambiente, e incluso, ha devaluado el valor de sus tierras.
También escuchamos noticias de grandes incendios, deforestación y degradación en diferentes partes del mundo, donde se culpan a sujetos o efectos secundarios y donde realmente es este “capitalismo verde” manifestándose sutilmente poco a poco para apoderarse de tierras y recursos naturales.
Es muy fácil que estos agentes de “bien” nos engañen con propuestas socio-ambientalistas y al final lo único que buscan es excluir a movimientos sociales que trabajan y luchan por cuidar el medio ambiente mientras ellos se apoderan de funciones ecosistémicas vitales para el mantenimiento de la vida en el planeta como lo son la vegetación nativa, las tierras de nuestros pueblos originarios, la calidad ambiental, el aire, el agua, etc.
Una forma de detener el “capitalismo verde” nos dicen diferentes exponentes de la “Economía social y solidaria”, es tomando los principios de la “economía ecológica” que pone como límites al crecimiento económico que ha asumido que la sostenibilidad no se puede mantener manteniendo el modo de producción y consumo actual y que no es posible tener conservación y preservación ambiental y una economía sustentable con el mantenimiento del patrón actual de crecimiento económico, basado precisamente en estas cadenas globales que producen commodities, minerales y agricultura (Hans Cediel, FSMET Col-Lat).
Dentro de los ideales y propuestas de diferentes organizaciones, líderes y lideresas ambientales, proponen que una sana economía verde significa producir lo necesario, consumir menos energía, crear modelos de energías eólicas o energías renovables, crear modelos de economías sustentables, no abusar de la extracción de recursos, no promover el sobreconsumo, etc.
La realidad cotidiana nos lleva al otro lado donde el mercado capitalista no va en ese línea y más bien genera un abuso de consumo en todo sentido, y es ahí la lucha, ya que las “agendas verdes” en sí mismas no logran nada sin el actuar de las personas como actores políticos donde se denuncien y expongan a las organizaciones, empresas o movimientos que a la luz del día causan atrocidades ambientales y que con su “capitalismo verde” son los principales agentes contaminantes donde lo “verde” lo han teñido de corrupción con ideologías individualistas en beneficio de unos pocos para minimizar la lucha consciente de otros y otras a favor de un mundo mejor y habitable para todos y todas.
“Mantener a la gente inteligente abajo, sin crecer
Es la regla más importante de un idiota con poder
Su arma más peligrosa es desinformar a la gente
Son idiotas peligrosos con cara de presidentes”
Residente