Poemas
Por: Marisol Cárdenas Oñate
Ecuador
Al poema de mi madre
Soy hembra de la cintura del mundo
Voy de Kant a la sin razón
Me deslizo por las alas del cóndor
De la vereda gris a la humedad del arcoíris
Entre verbo y palabra
Voz
Miro siempre al sur
Los cabellos de Angelou
Cósmica mujer espina
dibujas mapas en saudade
entre los puentes de tus trenzas
y el pasado
mujeres delantal
nanabuela migrante candombe
Cadera con cadera
zigzageas el poder
en los territorio del encaje
vacío tejido a raíz
raíz
es
amor
Madrugada
Trepo al Alto
a deambular sombreros y negociar destinos
Arde frío boliviano
reptil escondido en los pies de la madrugada
cual ramita de copal
Sigilo perturbador de los dioses
en espera espiral
del cenit al nadir
Canta cigarra canta
la nostalgia es silencio
Instrumentista andino
Pájaros de ternura
musitan entre mis dedos
arcoíris en tus cuerdas
Aun escucho gotear tu piel
en mis labios nube
El silencio
arpegia mi corazón
de mujer nómada
a ritmo de kirkincho
mientras camino
la brisa de tu invierno
escondiendo tu sol
en los arupos de
de mi luna
roja
Soy
caracola
Cósmica
guardo mantas
solferinas
en mi cuerpo
Me deslizo
con la palabra
a mi piel
vuelta
Ola
El último deseo
Esa noche María me pidió saber cómo eran los cóndores. Le recordé aquella vez que los conoció en un zoológico, pero fue inútil. Por la lluvia no había buena señal en mi teléfono, más en los pasillos del hospital vi una publicidad con su imagen. Cuando regresé a su cama, la vi abrir sus alas y volar desde la cima de su apellido.
Muy agradecida con este espacio de compartires profundos que invita a ejercer el derecho creativo democráticamente